❀ Capítulo 7 ❀

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7 ||El acantilado de las almas. ||

Change your life - Little mix.

Faith:

Lo último que deseaba un sábado por la mañana después de una noche de fiesta, era despertarme temprano por los malditos rayos de sol colándose por las ventanas.

Pero en esta vida no se cumplían deseos, y yo había sido lo suficientemente descuidada como para no revisar que estuviesen bien cerradas cuando me acosté, y ahora estaba pagando las consecuencias.

Hacía poco más de dos horas que había entrado a casa. Ron y Danielle vinieron a aclarar la situación en cuanto las cosas se calmaron en casa de Matt, y Brenna se nos unió a pesar de no poder desvelarse, era la ventaja de vivir en el mismo circuito, los cotilleos nunca podían esperar al otro día para ser contados en nuestro grupo, nos dieron las seis de la mañana en el jardín.

Si mi madre no salía a correrlos, posiblemente seguiríamos allí sentados.

Me puse de pie dispuesta a colocar una sábana oscura en la infernal ventana, que en ese momento solo me traían ganas de pedirle a mi padre que la tapara con cemento, pero el móvil vibró en la mesita de noche, anunciando un nuevo mensaje.

Era el engendro del díablo, me había enviado el meme de "Todo lo que podría salir mal salió mal".

Yo:
Jódete.

Engendro del diablo:
¿Qué tal la resaca?
Para alguien que no quería salir
resultó que terminaste bebiendo más
que nadie en el lugar.

Y como si lo hubiera invocado, el dolor de cabeza comenzó a taladrarme las sienes, eso me sucedía por beber siendo menor de edad, no lo recomendaba para nada.

¡Carajo! Tenía que eliminar el tequila de mi vida, o cualquier bebida que me causara ese tipo de daño.

Malas decisiones traían malas consecuencias, definitivamente.

Aghhh vuelve a la cama ingrata, esto me está matando.

No estaría mal deshacerme de la intensa consciencia que tenía también. Probablemente viviría mejor sin ella.

Cuando quise volver a recostarme, mi madre entró a la habitación dispuesta a cobrar venganza por los gritos de la madrugada.

¡Mierda!

—¡Buenos días solecito! Veo que ya estás despierta. —Me regaló una sonrisa de satisfacción provocando que me tapara la cara con una almohada y soltara un grito.

—Mamá, vete de aquí.

—Lo haría cielo, te lo juro, pero te toca el desayuno, espero que estés de buen humor para ello.

Me destapé la mitad del rostro para poder observarla, por supuesto que la situación le parecía divertidísima.

—¿Qué te parece si hacemos un trato? Yo finjo mi muerte por el día de hoy, y tú confirmas la historia.

—Que graciosa eres cariño, tu sentido del humor es fantástico considerando que lo heredaste de mi —añadió lanzándome un guiño—, pero si tienes la gracia de emborracharte y traer a tus amigos a gritar a nuestra casa, la tendrás también para preparar el desayuno.

—Mami, no me hagas esto, no hoy...

—Conoces las reglas, Faith.

—Es mejor estar en casa que en la calle ¿A qué no?

La guía de consejos de Faith. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora