La guía de consejos de Faith.

Capitulo 11

"Sharkboy y Lavagirl"

Noviembre.

Any kind of guy - BTR

Faith:

Mis padres eran el claro ejemplo de la ficción pasada a la realidad. Eran la definición de que todo lo que soñabas, podría lograrse, "El límite solo era una palabra jodida", ese era su lema.

Su historia era simplemente magnífica, lo que yo deseaba, lo que quería, lo que soñaba tener algún día. Mi padre era una persona muy trabajadora, claro, pero no siempre fue así; mis abuelos tenían buena posición, no eran ricos, pero tenían el dinero suficiente como para poder darle los lujos que deseaba, en especial, ir a la universidad que quería.

En este caso, mi padre había estudiado en Stanford, pero no siempre fue una persona enfocada o estudiosa, eso cambió con la llegada de cierta señorita a su vida. En contraste, mi madre venía de padres inmigrantes mexicanos, ella junto con mi tío, habían tenido que matarse para lograr lo que querían.

Pero mi madre siempre había sido un espíritu libre desde muy pequeña; ella no deseaba ir a la universidad y vivir toda su vida encerrada en una oficina, eso simplemente no era para ella y siempre estuvo consciente que eso no era lo que quería.

Así que a los 18 años tomó la decisión de escaparse de casa, a pronóstico de todos los que le habían puesto una carga inmensa en los hombros. Pero cuando notaron que ella no era la clase de chica que idealizaban, simplemente la dieron por perdida. Mi tío fue la única persona que la la apoyó con su deseo hippie de abrir una cafetería y largarse a algún pueblo inhóspito alejado de sus padres, mi tío, el padre de Cyrene.

El, a diferencia de mi madre, se había enfocado demasiado en lo que quería, y ahora era de los abogados más demandados en todo el país, simplemente un genio del derecho, así que como el ya trabajaba, cuando a mi madre le tocó aplicar para la universidad, le mandó dinero suficiente para que se fugara.

Sin avisar, sin dejar una nota, simplemente desapareció.

Y terminó en Stanford, California, compró el primer ticket que había visto y se fue de Miami sin mirar atrás. Ocupó el dinero que mi tío le había dado para pagar los primeros meses de renta en un pequeño sótano, este se encontraba en la residencia de unos chicos.

¿Y adivinen quien vivía allí?

Así es, mi padre.

El cuenta que fue amor a primera vista, al menos por su parte. Ver a mi madre entrar, con su ropa de hippie, el cabello castaño claro hasta la espalda, esos ojos verdes brillantes y preciosos que había heredado Hope, y su forma de ser tan libre y alegre, lo hipnotizó.

Claro que el no lo aceptaba en ese momento.

Mientras tanto mi madre lo veía como un idiota más, como un tipo con dinero que nunca había tenido que esforzarse por nada, y que desde luego, tenía que alejar, porque según ella, la distraería de lo que buscaba.

Mentirosa.

Mi madre había entrado a trabajar a la cafetería más popular del lugar, y al poco tiempo, se hizo conocida por sus dotes culinarios de otro mundo. Se terminó volviendo mejor amiga de los chicos de la casa, y no solo los ayudaba a no matarse, sino que también eran los primeros en probar sus experimentos, ellos, mi padre y mi tío, le ayudaron a recaudar el dinero suficiente para abrir su primer local, y al año de haberse mudado, lo logró.