Me dirigía a mi consultorio desde el pueblo de Tokio, puesto que una llamada urgente me hiso venir a mediodía en punto por un paciente quien se había confundido un vaso de agua con un vaso que contenía veneno para plagas, por su suerte no le ha consumido todo y bastará de un para de días para que su salud mejore.
Este día no trabajo, lo considero mi día de descanso por ende preferí ir a casa de una amiga muy cercana nos conocemos desde pequeñas tanto yo conozco su historia como ella lamía, Kaoru siempre ha sido muy atendida y me trata como si yo fuese su hermana menor, ella al igual que mi madre, siempre me ha apoyado a pesar de no poder hacerlo económicamente siempre lo ha hecho moralmente. - Veo que estás muy afanada- Dije cuando la vi fuera del portón de la casa, con una escoba barriendo y regando las rosas que tanto cuidaba ésas rosas que el profesor y mi madre le regalaron para su cumpleaños el año pasado, a Kaoru le gustan mucho las flores, aquel ramo de rosas se había convertido en una huerta llena de flores y espinas, jamás pensé en que aquel ramo durara tanto tiempo ciertamente subestimé el valor sentimental que Kaoru puede llegar a tener por las cosas.
- Megumi!!!- dijo una ves que se percató de mi presencia
-Has de haberme avisado que vendrías, así hubiera preparado algo para merendar
-No te preocupes, en realidad no venía en esta dirección, de echo no estaría aquí si no fuera por un caso el cuál se me presentó urgente, por eso me vi obligada a salir y ya que estaba a tansolo unas cuantas cuadras de tu casa me decidí a venir y pasar a verte un rato.
-Ya veo, y sí tienes razón, tu madre necesita de mucha atención.- me limité a contestar, ciertamente me había alejado un poco de Kaoru desde que mi madre presentó su mal estado de salud.
Mientras platicábamos afuera se escuchó un fuerte golpe dentro de la casa de Kaoru, supuse que se trataría de algo leve o que simplemente habían más visitas, teoría la cual fue rechazada al ver que Kaoru tomó su escoba y se empezó a acercar con cierto sigilo ala puerta de la cocin, la cuál estaba justo al lado del doyo. De pronto un chiquillo saltó ala escena con algo entre sus brazos cerré lo mas rápido que pude para que no pudiese salir de la casa, inmediatamente Kaoru le arrojó un tremendo barejonaso provocando que este callera al suelo y soltara lo que llevaba en las manos.
- Kaoru espera !!!! - Grité desesperada, al darme cuenta que se trataba del mismo niño de la otra vez en la playa.- No le golpees, es un niño.
- Q-Que dices!!!- Me miró perpleja al escuchar lo que mis labios habían dicho.-¿ Se encuentra bien?- Dijo una vez, acercándose a nosotros mientras el cuerpo seguía en el suelo.
-No te preocupes estará bien solo está noqueado, rápido hay que llevarlo dentro...
KAORU
Me quedé perpleja ante la confesión de Megumi mis pensamientos apenas y podían asimilar lo que ocurría no entendía exactamente lo sucedido pero si algo era bastante seguro es que Batuzai era quien estaba de tras de todo esto. Al poco tiempo el chiquillo despertó se levantó de golpe al ver que no se encontraba en un lugar conocido. Rápidamente Megumi le detuvo y le pidió que se relajase que nadie sabía de su presencia y que las únicas quienes estábamos presentes éramos nosotras.
-¿Me puedes explicar por qué razón te colaste ala cocina?- La razón era bastante obia puesto que cuando calló al suelo por el golpe que le di, llevaba un trozo de pan el cual estaba en una cesta, donde yacía concentrado para aves de coral, no recuerdo por qué razón deje el cesto en la cocina , o cómo llegó el trozo de pan ahí la verdad es que me ocasionó gran tristeza.
-¿ y bien ?- pregunté, esperanzada en tener una respuesta del chico.
Megumi se apareció en la escena, con un tazón de arroz, el corazón me dolió cuando pude ver los enormes hematomas que yacían en sus brazos y la forma en como terminó con aquel tazón de arroz.
- Mi papá- Dijo con cierto resentimiento- Mi papá me heredó una deuda desde finales de la era Tokugawa, el simplemente no pudo pagar ducha deuda y cuando crecí esos hombres me encontraron y me obligan a pagar dicha deuda, pero yo nunca creí que ésos hombres eran dirigidos por Batuzai.... A beses creo que puedo llegar a perder la vida si sigo de esta manera.
- ¿Y si te quedas aquí?- pregunté de forma repentina, no supe cómo ni cuando la verdad era que ya lo había acho.
- No-No puedo- dijo mientras hacía puños con sus manos- Su vida correría peligro si me quedo con usted
- Eso no importa,- dijo Megumi sonriendo serenamente- A l fi de al cabo nadie sabe de tu paradero en estas zonas, te aseguro que si no te mueves de aquí todo saldrá bien
Dudó un poco pero al final aceptó, al darse cuenta que nada bueno le esperaba si seguía así, y que no tenía adonde más poder ir. Megumi regresó al consultorio con su madre después de contarme lo sucedido unos día atrás, me parece que es injusto que Batuzai haga semejante cosa contra un niño, al contrario debería de ser un ejemplo para los jóvenes, como yo por ejemplo y no es presumir ni nada, simplemente se da el caso de que yo siempre he protegido de Megumi, aún cuando ya casi está por cumplir sus 18 años de edad, yo siempre la he mirado como mi hermana menor. Así debería de ser, que la espada se utilice para proteger al más débil no para dañar ni atemorizar el corazón de nadie...
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Kenshin, un origen para un comienzo
RandomUn vagabundo, un lobo solitario, un asesino. No cabe ni la más mínima duda, jamás podrás escapar de tu propósito ni podrás negar el pasado. " El peor enemigo de un asesino es su propio corazón". Palabras de Seijiro... -Yo sólo quiero redimirme, ya n...