Kenshin, un origen para un comienzo

CAPITULO 7

Voz narradora Zusuki:

La Restauración Meiji

Se describe como una cadena de eventos que condujeron a un cambio irreversible  en la política y lo social de Japón, en el periodo comprendido de 1868 a 1912 que abarca parte del período Edo dominado Shogunato Tokugawa tardío y el comienzo de la Era Meiji; empieza la era en la que quedaron abolidos los privilegios especiales de los samuráis, estos cambios provocaron la inestabilidad del país en la Era Meiji... En 1868 a 1869 se aconteció una guerra civil entre los partidos del gobierno del Shogunato Tokugawa por el poder y la fracción que pretendía la debolución del poder político ala corte imperial.                                                                                                    La guerra Boshi fue originada especialmente por la insatisfacción existente entre muchos nobles y jóvenes samuráis con el trato a los extranjeros por parte del gobierno, como consecuencia de la apertura de Japón en la década presente...

1878, ÉPOCA ACTUAL [...]

Desde la entrada de 1868 a 1878 han pasado 10 años desde que la Era Meiji tomara posesión de todo Japón. Sin embargo, aún existen clanes de samuráis opuestos al gobierno de Meiji.

¿Saben?, os contaré un secreto, pero no se ilusionen con la llegada entrante que hago al aparecer en esta historia como un narrador, de echo debería pedir disculpas ante vuestras mercedes por el simple echo de no presentarme como debidamente tenía que haber echo...

Hajime Saito, fue un capitán de la tercera unidad del Shinsegumi un grupo creado por el Shongunato en el tiempo del Bakumatsu ( Era Tokugawa), ahora en día es un oficial del gobierno de Meiji. Este es un adelanto de la historia, lo demás es un misterio...

En estos tiempos el costo de la vida cada vez es más elevado, ciertamente Japón está teniendo un cambio irreversible ante el mundo y no lo digo solamente por sus cambios sociales y políticos si no también por la manera en la que las personas evolucionan, ya sea por sus maneras de pensar, de ver las cosas, de vestir o calzar, simplemente son capaces de cambiar incluso sus personalidades e ideologías por una persona, en verdad que es muy curioso saber cómo los seres humanos son capaces de dar sus vidas por aquellos que tanto llegan a amar. 

Batuzai, es una prueba viviente de ello, puesto que su pasado está manchado con sangre y lleva sobre sus espaldas la vida de un ser, uno a quién llegó a amar no sólo con el corazón sino con su vida, Desde que la Era Tokugawa finalizó ha llevado una carga sobre sus espaldas, diez años con dolor en su alma, ¿ cómo una persona podría vivir con tanto pesar en su memoria? ¿ cómo alguien podría sonreír cuando ha perdido la razón de su existir?...

La vida es como un libro, si no hojeas la próxima página no sabrás lo que sucede en un futuro...   (Todos esos textos que nunca escribiste, esas palabras que no pronunciaste, esos abrazos que fueron plasmados en blanco, esos sueños, sueños que fueron conservados como un secreto...un secreto, que jamás fue verdad...). Aunque, al final el lector siempre es quién mas sufre, al entender aquel sentimiento, el cual el autor quien lo escribió quizás nunca entendió...

KAORU

Caminaba ala orillas del andén fuera de la casa a las orillas de la carretera la mañana estaba en silencio pero era uno cómodo no como el que siempre solía presenciar antes de quemar en incienso dentro del doyo como lo hacía de costumbre, alcé mi vista para mirar el cielo, la mañana empezaba espléndidamente bien, quería presenciar el inmenso azul que yacía sobre mi cabeza la brisa resoplaba por mi cara besando mis mejías al pasar; regaba las rosas que posaban en el suelo apegadas al muro de la casa, caminé en dirección al portón pero sin adentrarme sólo continuaba regando las flores y admirando el azul inmenso que me recordaba a aquellos hermosos ojos azules, ese azul que en ocasiones se perdía en la incertidumbre de un pasado. Tallé mi frente con el dorso de mi mano y rodeé mis ojos para observar dentro del doyo y recordar aquellos hermosos momentos que viví con mi padre en tan poco tiempo.                      Giré mi vista y ahí estaba, él me observaba, sus ojos relucían relamió sus labios y sonrió dulcemente al atrapa mi mirada, regresé mi vista alas flores de forma torpe, mis mejías ardían y mis manos sudaban por alguna extraña razón, mis nervios me traicionaron cunado sus ojos me encontraron.

- ¡Se van a ahogar las flores!- escuché su vos tras mi espalda, rápidamente solté la regadera de mis manos colocándola sobre un trozo de madera grueso y alto que yacía en  una esquina de las flores...

-Voy a preparar el desayuno - anuncié para luego alejarme del lugar y prevenir un poco el rojizo en mis mejías a un que para entonces ya era demasiado tarde.

-Espera- me sostuvo la muñeca de la mano y me miró directamente a los ojos aquellos iris relucían con la poca luz de una mañana nublosa, se acercó mas a mi acortando la distancia entre nosotros colocó su mano derecha sobre mi frente, su tacto estaba un tanto frío y sus manos eran grandes, asperas, y un tanto maltratadas, -Te sientes bien estás colorada- dijo pasando su mano hasta mi mejía. Dios provocarás que me derrumbe. Hice una señal negando, luego me sonrió dulcemente, soltó mi mi muñeca y prosiguió con su oración.                                  

-Gracias

-¿Por qué?- pregunte incrédula ante su confesión.

Me tomó por sorpresa y jaló mi brazo hasta su cuerpo provocando que rebotase contra su pecho, sabía que de alguna manera debía alejarle pero su abrazo era tan cálido y me sentía tan cómoda debajo de sus largos brazos.

-Por haber contemplado mi herida aún cuando no existe cura...