Joaquín y Emilio tenían la relación perfecta, con 3 años de noviazgo cualquiera pensaría que estaban destinados a terminar juntos.
Pero cuándo a Emilio se le presenta la oportunidad de su vida no la desaprovecha, el problema es que a su paso deja a...
Venecia era un sueño hecho realidad, debían dejar el auto en la entrada de la cuidad y luego viajar en bote.
Por supuesto que a Emilio le reconocieron y con un poco de sobornos y fotos hicieron que muchos fans guardaran silencio.
El omega estaba entusiasmado, nunca había viajado a Venecia y ver aquellos hermosos paisajes le encantaba.
Emiloo sólo se dedicaba a mirar con adoración a Joaquín, era cómo una estrella brillante a plena luz del día.
Alguien tan precioso y bonito sólo se debería admirar con todo el respeto del mundo.
De repente las palabras llegaron a su boca cómo si siempre hubieran estado ahí, cómo si aquellos 2 años hubieran sido bloqueados y olvidados.
"Te amo, omega" Joaquín se giró, sacándolo de sus pensamientos fijos de aquellas aguas.
"¿Qué dijiste?" El omega ahora tenía una cara sorprendida cómo si Emilio le hubiera dado un golpe, cómo si hubiera caído al agua.
"Te amo y nunca he dejado de hacerlo" Joaquín entonces frunció el ceño.
"Tú no me amas ¿Qué hay de todas esas protagonistas con las que solías salir?" Pero Emilio lo miró dolido, había perdido su reputación con el paso del tiempo.
"Karol se encargó de darme aquella imagen, lo que los medios escriben sólo sirve para llamar la atención de las películas" Joaquín quería creer en sus palabras, pero demasiados días llorando en una cama porque su Alfa se había ido con otros omegas no le estaba ayudando.
"Emilio yo tampoco he dejado de amarte, pero nuestro trabajo está primero y tú siempre me lo has demostrado" y el Alfa lo entendió, lo había lastimado bastante al no cumplir aquella promesa de que iba a volver.
"Te prometo que ya no te dejaré" Joaquín quería decir algo, pero el señor que manejaba el vaporreto anunció que ya habían llegado.
Algunas cosas eran mejor ignorarlas con suerte harás de oidos sordos y dolerá menos.
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Recorrer Venecia los había dejado agotados, aunque tenían 3 días más para disfrutarla a todo esplendor.
Joaquín y Emilip se habían dedicado a tomar fotos y probar cualquier cosa que fuera diferente.
Tal vez aquellos ojos curiosos nunca faltaban cuándo los veían juntos y hasta ese punto Karol y Mauricio ya debían de saber su paradero.
Es por eso que el par de Alfas habían reunido fuerzas para volver las cosas a su estado natural, tal y cómo debía ser.
"¿Quieres decir que mi omega está con aquel Alfa?" Karol asintió con la cabeza, una sonrisa apareciendo en su maquillado rostro.
"Aquí es dónde finges que no conoces a mi estrella cuándo sabes muy bien que ellos estaban juntos en el pasado" Mauricio Mariscal dió una carcajada.
"Vaya pensé que Nikolás iba a tratar de alejarlos" Karol entonces enarcó una ceja.
"¿Y que hiciste con él?" Mauricio sólo se encogió de hombros.
"Digamos que soy experto en desaparecer a personas que pretenden ayudar a mi omega"
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