Joaquín y Emilio tenían la relación perfecta, con 3 años de noviazgo cualquiera pensaría que estaban destinados a terminar juntos.
Pero cuándo a Emilio se le presenta la oportunidad de su vida no la desaprovecha, el problema es que a su paso deja a...
"¿Sigues sin superarlo?" Joaquín rodó los ojos por tercera vez, mientras se colocaba la pequeña bufanda que iba de acuerdo a lo que estaba usando.
"Lo he superado Niko, pero al parecer a mi omega interior no le llega el mensaje" El rubio se carcajeó.
"Vaya, pues al parecer creo que no sólo a tu omega interior" Joaquín tenía una especie de amor y odio hacía su compañero y más cuándo metía sus narices en dónde no le pertenecía.
"¿Y que hay de aquel Alfa llamado Eduardo que te estaba coqueteando detrás de bambalinas?" Niko hizo una mueca.
"Me voy" y salió antes de que el ojimiel atacara con otra pregunta.
Eso lo mantendrá callado por lo menos un par de horas en los que Joaquín podía pensar con claridad.
¿Porqué habían retrasado el rodaje de la película de Emilio? Y no es que el omega sea un chismoso de primera, pero los rumores se esparcian cómo hormigas en un charco de miel.
Pero ya no le debía interesar Emilio, él ya no era su Alfa desde hace 2 años y lo tenía en claro.
"¿Porqué no sonríes ésta vez?" Diego su mánager había entrado de repente "De seguro pagarían más por ver la sonrisa del aclamado Joaquín Bondoni".
Pero el omega negó con la cabeza, para desgracia de Diego. Su sonrisa había sido apagada desde hace mucho tiempo atrás.
"Es mi marca personal" se encogió de hombros y luego arregló la última arruga de su traje.
"Un día lo tendrás que hacer" Diego le advirtió "El mundo se cansará de ver aquella cara de poker"
"Pues que se joda el mundo" El beta suspiró.
"Ven vamos el fotógrafo lleva esperando más de 1 hora".
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Joaquín pudo notar al llegar a su estación, cómo Niko era digno de la cámara, su sonrisa brillante y sus extravagantes poses que le salían con naturalidad le daban dolor de estómago.
El omega comenzaba a sentir que no pertenecía a éste mundo. Otra cosa más que Emilio se había llevado con él.
Su alegría por las cosas que amaba.
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