"Hana Ni Oboreru" | Kokushibo x Muzan (EN PROCESO)

Capítulo 1

Michikatsu Tsugikuni; tambien conocido como Kokushibo la luna superior uno está enamorado de Muzan, ¿Será que este le correspondra? Averiguemoslo.

Muzan se encontraba explicando lo último que había sucedido a lo largo de las últimas semanas; el cómo tienen que seguir su plan al pie de la letra y como no deben hacerlo. Por otra parte, Kokushibo solo estaba admirando la belleza de su amo; miles de pensamientos recorrian por su mente pero solo uno perduraba...
-recuerda, el es Muzan; no te hará caso- Se decía a si mismo.

Una voz lo sacó de sus pensamientos, Kokushibo se encontraba arrodillado con la cabeza hacia el suelo dando pequeños viztazos a Muzan entre momentos así que no se dió cuenta cuando esté se encontraba en frente de él.

El aliento de Muzan estaba a la par de su oreja - ¿por qué no me estabas prestando atención a lo que decía? - Preguntó con su voz ronca y seca mientras se alejaba de Kokushibo; realmente se había asustado.

- Estaba distraído, perdón - Se excusó a si mismo con un leve sonrojo.

- Últimamente te estas distrayendo mucho, que no vuelva a ocurrir - Y con lo último dicho dió así la reunión por terminada, las lunas de poco en poco se iban; la primera en salir fue Daki.

- Ara~ Kokushibo-dono, nunca pensé en haberlo visto de esa manera - Ante la tan extraña mención de Douma arqueó levemente una ceja y cerro cuatro de sus ojos volviendo así a su forma humana. ————————
-No sé a que te refieres- claro que sabía a que se refería, simplemente no quería darle el visto bueno; Douma nada más se retiró al ver a Akaza salir.

Caminando por los pasillos de la inmensa mansión infinita de camino a su habitación; estaba perdido en sus pensamientos. No hacía nada, solo pensaba.

Antes de siquiera poder darse cuenta había virado mal y se metió por un pasillo que no era el de él pero siguió caminando.

Después de unos minutos paró al darse cuenta de su error, iba a volver pero la voz de alguien conocido le llamó la atención; era Muzan.

Se fue adentrando más y más por el pasillo hasta llegar a una habitación que estaba al fondo; se ecuchaban unas voces murmurar y no alcanzaba a escuchar nada pero estaba seguro de que una de las voces era de su amo.

Decidió entrar para pasar a saludar más no contó con lo que se encontraría ahí dentro.

- Ah~ sigue~ sigue~ - a paso lento Muzan iba entrando en el interior de una chica demonio pemetrandola hasta el fondo; sus ojos eran azules como el mar y su cabello castaño como la tierra, esta poseía unas estrellas decorando su cara en forma de círculos.

Kokushibo no podía creer lo que estaba viendo; su corazón se partió en dos y su alma se destrozó en mil pedazos. Habia visto a la persona que más amaba tener sexo con otra persona.

La piel de su cara se fue humedeciendo por las lágrimas que caían de sus ojos, estaba dolido; el seguía parado en el marco de la puerta hasta que se atinó a correr. Muzan se dio cuenta y quizó decirle algo pero ya era tarde, ya se había ido.

Tu mismo te rompes el corazón, haciéndote falsas ilusiones; pero cada quien se engaña con la mentira que más le gusta.

El viento que generaba el estar corriendo soplaba por su cara dejando volar su llanto; podría decirse que quizás estaba exagerando las cosas un poco, pero aquello realmente había destrozado su corazón.

El sabía que él no lo quería, pero aún sabiéndolo no podía dejar de emocionarse cada vez que él lo miraba.

Sabía que Muzan había estado teníendo contacto con otras mujeres, ¿Entonces por qué sorprenderse si ya se lo esperaba? Simple, porque aún sabiendo; todos tenemos la esperanza de que en lo más remoto fuera una mentira.

Llegó tan rápido como pudo a su habitación; lo que debió haber hecho desde el inicio y se encerró. Ahí due cudno por fin pudo llorar tranquilo y sin miedo de que alguien lo viera.

Una semana había pasado y Kokushibo no salía de la habitación, esto preocupo a las demás lunas en especial a Kaigaku quien veía a su sensei casi como un padre.

La noticias llegaron a oídos del Rey de los Demonios quien decidió tomar cartas en el asunto y ahora se encontraba detrás de la puerta del espadachín.

- Kokushibo, abre la puerta - Dijo dando tres golpes en esta.

-... - Kokushibo no quería responder a ese llamado, es más; ni siquiera quería verle la cara.

Continuará...