Un dia largo y yo sin verte.

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A la mañana siguiente desperté y seguía ahí Claudius la verdad si me extraño, pues el se Iva a trabajar muy temprano.

-buenos días amor ¿como amaneciste hoy.
- bien Claudius gracias.
- hoy quise tomarme un día de descanso para estar contigo ¿te gustaría ir a visitar a alguien?
- no, prefiero estar en casa.
- bueno pues menos mal que me adelante y le avise ayer en la noche al comandante Till que íbamos a ir hoy a su casa. Hilda prepara el baño, mi mujer y yo tomaremos una ducha juntos.
-sí señor en seguida.

No podía creerlo ¿que le había pasado? Yo no quería estar cerca de el, yo tenía que ir a ver a Amiel, pero sí mostraba algo de inquietud probablemente el se daría cuenta y nos iría muy mal, para mi desgracia tuve que ducharme con el, por lo que podía yo intuir quería un encuentro pero yo no quería, sin embargo sí me negaba me Iva a ir peor. no me quedo de otra, sentí asco y después de esto me sentí demasiado sucia.
Nos dirigíamos a la casa del comandante y yo miraba por la ventana pensando en mi gran amor, en el hombre que hizo sentir de nuevo mujer ... en Amiel por supuesto.
Llegamos a la casa y ya nos esperaban ahí el comandante, su esposa y sus dos hijos.
- tomen asiento.
-gracias comandante Till.
- en un momento traerán la merienda
- gracias.
- lo quiero felicitar, por su gran trabajo Claudius me complace tener a alguien como usted dando órdenes de esa manera tan enérgica.
- es un honor trabajar para usted.
- ¿cómo le pareció la nueva comandante?
- es buena chica.
- bastante guapa diría yo.

Apenas y podía creerlo, el tipo no se inmuto de hacer sus comentarios frente a mi, sabía bien que Claudius había pasado la noche con ella y pese a sus esfuerzos por hacerme sentir "bien" no conseguía que una parte de mi sintiera amor por el.
Llego la hora de la sobremesa, se platicaban asuntos sobre el notable trabajo de mi esposo en el campo, yo sentía asco de saber que era participe de torturas e injusticias.

-Agnes ¿la mayoría del tiempo estas sola?
- si Grettel
- ven a visitarme más seguido, mis hijos crecen y quien pasar más tiempo con su padre.
-gracias por la invitación pero no creo que Claudius me deje salir de casa.
- bueno de todas maneras las puertas de mi casa siempre estarán abiertas para ti.
- te lo agradezco.
- no tienes nada que agradecer.

Nos marchamos y en el camino, el intentaba entablar una conversación, pero sus esfuerzos eran más que nulos, llegue subí a mi habitación, cerré la puerta y mire por la ventana, sabiendo que había sido un día largó de trabajo para el, esperaba mañana volverlo a ver.

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