Suave brisa primaveral Despeña al Perro en vil condena

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Fría flor-flor blanca
Azucena hermosa y serena

Perro dulce y encantado
De entre eternas brisas
en primavera

De cuya vuesa unión
un corazón consagra

Hace aún más llevadera dicha condena

Al calzador estanco
en su perdido zapato

Entre árboles y bosques
de corazones lozanos

Entre mil vías y trenes de intervalos;
Como caballos de hierro
Permanecen ya domados

Aguardando en frío establo
Al acercar alguien su mano

El resurgir del colosal
Inmenso y gran caballo

De acero y hierro
Entre madera
Entre sus vías
Parecen eternas

Frías piernas
Venas largas

Hallan inmensamente
Con su eterna melancolía

Un pesar tendente al quehacer humano
Con su querer
e ires,
Más allá y mundano

Aguarda sentimiento nada servil
Mas puro
De un detrimento que en su lugar
Sin apuro

Enseña al tardío bache
trascender su vera

Como una carta
Como un cuento

¡Oh suave brisa de primavera!

El corazón encomiado al ir a ver
A quienes en verdad él anhela

Aguarda en tu sentir
Pesar de triste condena

Todo un ardiz de ilusiones
Entraña dicha;
Un anatema

Que al ir a las tierras
"Más allá del Norte
Donde Perros se Despeñan"

Mora todo un monte
De ilusiones vivas
Y plebeyas.

Poemario de Bajo Presupuesto y Otros Desvaríos VariosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora