Qui lo sá.

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Siempre hay que ser el muerto más hijo de puta del cementerio.

Pues es lo que generalmente toca.

Y quizás no obstante el problema no sea el estar muerto,
ni tan siquiera el tener que buscar otro cementerio.
Sino que quizás el problema siempre estuvo en no querer hablar con los otros muertos,
en refugiarse en un vacío inerte e impropio pese a lo subjetivo,
En No Querer Transformar Tu Cementerio.

Poemario de Bajo Presupuesto y Otros Desvaríos VariosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora