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Caminar por los pasillos del monasterio de Kinkou era algo raro después de haber estado fuera de Jonia desde la guerra contra Noxus, buscando a los Jonianos capturados y liberándolos para volver a su hogar. Fueron ya siete años. Extrañabas tu hogar, la orden, pero fue un pedido de Shen y el respeto y la lealtad que conservabas a Jonia hicieron que aceptaras sin rechistar.
Saludabas a los demás ninjas, caminando con lentitud viendo las paredes y recordando el entrenamiento, las personas, todo lo que era Jonia. Cruzaste tus brazos detrás de tu espalda, elevando por completo la mirada dirigiéndote a la sala de meditación donde estabas segura que estaría el ojo del crepúsculo, te detuviste en la puerta, pensando en que decir o simplemente reuniendo valor para no tratar de golpearlo.
──────Pensé que no volverías, Mako──────Saltaste ligeramente volteando a ver al yordle, Kennen estaba de brazos cruzados, mirando hacia arriba──────Es bueno que volvieras.
──────Kennen──────Saludaste manteniendo la postura derecha, aunque por dentro morías de nervios por algún reproche del yordle──────¿Sucedió algo desde que me fui?.
──────Akali se volvió mas insoportable──────Respondió de inmediato negando con la cabeza──────Pensé seriamente en habla con Shen e ir yo mismo por los secuestrados.
──────¿Para librarte de Akali?──────Preguntaste con gran burla.
──────Exactamente──────Dijo acercándose dos pasos a ti──────Con tal de que tu seas quien la soporte, si.