Un poco más tarde, Jake y yo seguimos a Lily por un sendero devanado que serpentea por el interior de la densa jungla. El suelo está repleto de ramas y hojas que crujen bajo nuestros pies. A lo lejos, el ulular, el silbar y el chillar de diferentes animales me pone los pelos de punta, pero decido ignorarlos y disfrutar del refrescante ambiente por el que estamos caminando.
Harry y Alexander van detrás nuestra, mientras que Ciara se maravilla con la cantidad de flores que nos rodean. Todas son muy diferentes, tanto en color como en forma y llaman mucho la atención.
Echo un vistazo más de cerca a una de ellas, que es de un morado brillante. Sus pétalos brillan como si estuvieran recubiertos de purpurina.
—Nunca he visto nada parecido— murmuro asombrada con la belleza de dicha flor exótica.
—Preciosas, ¿verdad? Debido a la localización de la isla, Kīhāpai tiene uno de los ecosistemas más únicos de todo el planeta, con la flora y fauna más exótica jamás vista.
—Claro que sí, Minnie Mouse. Sigue extendiendo esa propaganda basura de Hobstein, pero yo no me lo creo— murmura Harry, dando una patada a una pequeña roca que hay por el camino.
—¿A qué te estás queriendo referir con eso?— pregunta Alexander con los brazos cruzados y cara de pocos amigos. Parece ofendido por el comentario del piloto, cosa que me extraña cuando el día anterior fue él quién se burlo de Hobstein y su empresa.
—Todos los folletos hablan de esta isla como si fuera un idílico paraíso de Disney al que mudarse tras adquirir la jubilación. Sin embargo, si recentas los bares adecuados en las costas del Pacífico como hago yo, comenzarás a oír rumores sobre lo que realmente ocurre aquí.
Me doy la vuelta, caminando ahora hacia atrás pero observando directamente a Harry.
—¿Y qué se supone que está pasando aquí, Leto?— pregunto intrigada por su monólogo.
—Conspiraciones criminales, experimentos ilegales, gente que desaparece; ese tipo de cosas.
Ciara da una carcajada, tachando su discurso de ilógico.
—Ríete, Pipi Calzaslargas. Pero mientras tú estabas en el instituto tweeteando lo aburridas que eran las clases de álgebra, yo estaba sobrevolando el cielo de Kandahar. Y te aseguro que después de haber visto lo que yo he visto, no hay nada que suene a locura— se coloca el pañuelo de nuevo, recogiendo algunos cabellos que se le han soltado—. Y esas bonitas flores que estáis admirando seguramente hayan sido expuestas a radiación.
—Eso es absurdo— dice ahora Alexander, ahora alejándose del chico de pelo rizado que estaba dando una visión de la isla bastante negativa.
Sus esmeralda coincidieron con mis zafiros.
—¿Qué piensas tú, Barbie? ¿Confías en este sitio?
Echo una rápida mirada a todos los que me acompañan.
Lily se mantiene callada, no parece querer meterse en la discusión; Alexander está enfadado aunque, a mi parecer, no tiene ningún motivo para ponerse así; Ciara, Jake y Harry me observan, esperando a que reaccione.
Me acerco a los densos matorrales y analizo cada una de las flores. Una azul celeste llama mi atención. Sin pensar mucho acerca de las palabras de Harry, tomo su tallo y la arranco. Después, la acerco a mi nariz y la huelo.
Tiene un olor muy particular. Es una mezcla entre té de rosas, canela y el olor de la lluvia en un día de verano.
—No vengáis llorando cuando os crezca una segunda nariz.
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La isla - h.s
FantasiaTras ser seleccionada para un exótico viaje a la isla recién descubierta de Kīhāpai, Hayley Collins y sus compañeros de aventura, junto con un exasperante pero sexy piloto, están decididos a disfrutar de aquella experiencia al máximo en su segundo c...