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En el parque de una escuela primaria, se encontraban varios niños jugando, al parecer era la hora del receso.
Los pequeños correteaban de un lado a otro, merendaban, conversaban con otros compañeros, y ese tipo de cosas

Una niña de aproximadamente 8-10 años estaba sentada sola en un banco, dibujando en un pequeño cuaderno
Observaba a su alrededor y seguía dibujando, de forma consecutiva
Ella sonríe, admirando su "obra de arte", sintiéndose algo orgullosa
Mira al banco de al lado, viendo que habían otras dos sentadas allí
Se acerca a ellas y les extiende levemente nerviosa y emocionada el dibujo que acababa de terminar
Ellas la miraron sin entender. Dicha mirada se transformó en una de rareza y un poco de desagrado hacia ella
La de la izquierda le dice algo la de la derecha: "Mejor vámonos de aquí"- susurra
La otra decide hacerle caso, pero en cuanto están a punto de irse la pequeña "artista" toma a una de la muñeca, con cuidado y temor
"Tu no"- dijo una de ellas, para luego alejarse

La peli gris se había quedado sola. Suspiró levemente, desanimada
De repente sintió que le tocaban el hombro. Se volteó, y vio a una chica peli negra de su edad que le sonreía amablemente
"¿Puedo ver?"- Dijo ella
Una peli blanca de ojos color celeste que estaba a su lado también le sonreía, lo que de una forma más alegre. Parecía querer ver también.
Sin decir una palabra, mostró el dibujo a ambas, algo asustada de recibir la misma reacción de antes.

Las tres compartían el pequeño cuaderno para ver el dibujo. Juntas sonreían.

"¿Ves? No estás sola"- Dijo la de ojos celestes.

La de ojos rojos tomó su muñeca: "Puedes confiar en nosotras, nunca te dejaremos, ¿porque eso quieres no?"

La ojimorada sonrió dulcemente, mientras pequeñas lágrimas se formaban en sus ojos

Las risas de varios de sus compañeros se escucharon:
"¿Con quién hablas niña?"- Preguntó uno de ellos.

Ella volteó a ver a sus lados, pero quienes la acompañaban antes habían simplemente desaparecido. Ella volvió a sonreír, solo que esta vez con más emoción
"¡¡Con nadie!! Pero no estoy sola."

Ellos la miraron con extrañeza, justo como las primeras personas a quien mostró su pintura, para luego alejarse

Haruka volvió a sentarse en el banco de antes. Cierra sus ojos un rato mientras siente la suave brisa revolver sus largos cabellos. . .

Chapter One: EscapeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora