En este momento, probablemente te estás preguntando dos cosas:
>> ¿Quién soy? ¿Y qué diablos estás haciendo aquí?
Comencemos con la pregunta más obvia ¿verdad?
Estás aquí, porque no puedes follar.
¡Oh! Detente. No te estremezcas.
Nadie menor de 8...
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¡HOY EN E!... Noticias de última hora sobre el príncipe playboy, Kim Mingyu, mientras un vídeo sexual sale a la luz, protagonizado por él y un hombre desconocido. La grabación se filtró en línea justo anoche y se ha extendido como un incendio forestal, con casi quinientas mil vistas en las últimas doce horas. Todavía no se ha identificado al hombre misterioso del vídeo, aunque es evidente que no es Jeon-Kim Jungkook, el esposo de Mingyu desde hace casi cinco años. La pareja ha tenido una relación muy pública, incluyendo rumores de infidelidad por parte de Mingyu. Ni Mingyu ni Jungkook estuvieron disponibles para hacer comentarios, sin embargo, fuentes cercanas a la pareja dicen que Jungkook no se encuentra en su hogar de Manhattan. ¿Podría ser este finalmente el principio del fin para la pareja real del Upper East Side? ¡Estén atentos para más sobre E!
Mierda.
Mierda, mierda, mierda.
Saco mi teléfono para marcar, pero ya está sonando.
— ¿Escuchaste las noticias?
Sin preámbulos. Directamente al grano. Esa es mi publicista, Jisoo. No me sorprende que ya esté trabajando en eso. Le pago una pequeña fortuna para asegurarme de que historias como estas no exploten en espectáculos llenos de mierda. Mientras las cosas permanezcan un poco tranquilas en el exterior, puedo hacer mi trabajo en el interior. Pero en el momento en que las cosas comienzan a desmoronarse en su ausencia, corremos el riesgo de que los clientes escuchen los rumores y se vayan. Y expongan mi identidad. Verás, Jisoo también me ayuda a mantener mi anonimato. En realidad, nadie me ve hasta el Día Uno, y están obligados a firmar un acuerdo de confidencialidad para protegerse contra la exposición.
— Sí — casi me quejo en el auricular. Sí, es una molestia mantener el secreto en historias tan públicas, pero el hecho de que le esté pasando a Jungkook... mierda. Mierda, mierda, mierda.
— ¿Cómo quieres proceder? — pregunta Jisoo.
En circunstancias normales, una historia como esta se iría tan pronto como el estornudo de una de las Kardashians, pero los Kim son la mejor propiedad para los chismes. Y con un bastardo como Mingyu sumergiendo su polla en una persona diferente cada dos semanas, alimentan a la prensa con noticias sucias como si fuera comida para pobres.
— Ponte en contacto con su publicista, pero quédate en silencio. No queremos que los medios huelan la sangre y estamos seguros de que no queremos que Jungkook salga lastimado con esto.
— ¿Jungkook? — puedo escuchar la diversión en la pregunta de Jisoo. Es tan aguda como una tachuela y sabe que nunca me refiero a los clientes de manera tan casual. Es un tiburón, igual que yo. Y los tiburones no se ponen cómodos. No meten la pata.
— El señor Kim. Sabes a quién coño me refiero — respondo con severidad.
Todavía soy un tiburón. Independientemente de cómo me hace sentir Jungkook, soy un tiburón, maldita sea.
