27: Reunión frente a las cocinas

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Capítulo veintisiete: Reunión frente a las cocinas





-¡Cuidado, cuidado! ¡Abran paso, que aquí vienen los herederos de Slytherin!

Fred y George no se creen ni una palabra de lo que rumorea la gente, por suerte, y nos anuncian así a Harry y a mí a donde sea que vayamos.

-Sí, señores, antes era uno, ¡ahora son dos! -exclama George, acompañándonos hasta la clase de Flitwick.

-¡Sí, dos! ¡Dos por uno!

-¡Los gemelos de la cicatriz en la frente!

Me toco donde me cosieron la frente y sonrío.

-Cabello negro, alma blanca, no se confundan...

-¡Y les diremos un secreto: se turnan para petrificar gente, porque no llegan con los deberes para atacar juntos!

Flitwick no parece muy contento al oír lo que dicen, pero tampoco molesta tanto como los rumores. Al menos las bromas levantan un poco el ánimo. Y ya ha dejado de balbucear cosas como "el regreso de Potter y Black, como en los viejos tiempos". Ya me estaba asustando con eso.

-Ya basta, señores Weasley -dice Flitwick, tratando de suprimir una sonrisa. Y ellos se van, exclamando:

-¡Cuidado! Somos los guardaespaldas de dos magos peligrosos, ¡no les tocarán ni un pelo!

Y George parece decirlo en serio.

La clase de Encantamientos es una de mis favoritas desde siempre; no soy muy buena en la materia, pero el profesor Flitwick es muy simpático y me tiene bastante paciencia. Además, él es una de las pocas personas que son más bajitas que yo en todo Hogwarts, y creo que por eso me cae tan bien.

-Esta es la última clase antes de las vacaciones de invierno. Como muchos de ustedes irán a sus casas, donde no pueden hacer magia, les daré solamente un trabajo escrito. Deberán escribir un ensayo de veinte centímetros de pergamino sobre los encantamientos en los que hemos trabajado hasta hoy. ¿Me sigue, señor Finnigan?

Seamus y Dean están en una esquina del aula, haciendo como siempre monigotes en un papel. A pesar de esto, Flitwick sigue de buen humor. Creo que quiere mostrar tranquilidad para que creamos que estamos seguros a pesar de los dos atentados. Tres, contando a la señora Norris. Terminamos la clase antes y nos deja libre lo restante de la hora. Lo que dije: falsa tranquilidad.

Como ya estamos en diciembre, casi en Navidad, recuerdo cómo solía llamar a este mes el "mes de Natalie", por el significado del nombre de mi hermana. Volviendo a este recuerdo me viene a la mente mi trato con Wood. ¡No hablé con Karen hasta ahora! Es una suerte que no haya pasado nada muy grave entre ellos, y que alguna conversación entre él y mi hermana no me haya delatado, o Wood ya me habría sacado del equipo.

Pero, ¿cómo contactarme con ella? ¿Cómo podría hacer para que me prestara atención? Jamás tuve una buena relación con ella, ni con nadie de la familia, excepto con las trillizas. Pero Maddeline irá con los Greengrass. Solo me quedan Abby y Debby.

-George, ¿sabes dónde está la sala común de Hufflepuff? -le pregunto en la sala común, luego de clases.

-Sí, cerca de las cocinas. Pasamos por allí bastante seguido cuando robamos comida.

-¿No podrías llevarme?

Yo pensé que me pediría esperar hasta el viernes, o que al menos yo tendría que darle tiempo para terminar el ensayo que está escribiendo, pero él se levanta de inmediato y me indica que lo siga. Cuando bajamos los siete pisos, seguimos derecho hacia el primer subsuelo.

Leyla y la Cámara Secreta | (LEH #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora