31: Lo que Draco dijo

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Capítulo treinta y uno: Lo que Draco dijo



Llego al baño de Myrtle al mismo tiempo que Harry y Ron. Las túnicas que llevan puestas son enormes, indicios de que hace poco eran Crabbe y Goyle. En parte estoy contenta de no haberme convertido en Pansy Parkinson.

-¿Dónde te habías metido? -pregunta Ron-. ¿Y por qué tienes una G en tu suéter?

-Larga historia. Vamos adentro. Ahora. Muévanse

Una vez seguros dentro de las paredes del baño embrujado, noto que falta Hermione. Como explicación, los chicos señalan un baño del fondo. Con las cejas arqueadas, me acerco y golpeo la puerta con cautela. Ya no sé qué esperar de estos baños.

-¡NO! -dice Hermione desde adentro y deja escapar un sollozo-. ¡No quiero que me vean así!

-Déjame pasar. Soy yo, Leyla.

-No, no...

-Vamos, no puedes estar tan mal. Tienes que verme a mí, estoy empapada.

-Leyla -susurra Ron-. Hermione se... confundió. Creyó que el cabello era de Bulstrode, pero... bueno...

La puerta se abre y Hermione sale secándose las lágrimas. Cuando la luz le da en la cara descubro que tiene bigotes alrededor de la boca, finos y blancos, y las uñas largas como garras.

-¡Era pelo de su gato! -solloza ella.

-Uh. Supongo que se te irá rápido, no te preocupes -le digo.

-No me has visto cómo estaba antes, el efecto pasó un poco. Me veía como una mujer lobo, era horrible...

-Pero creí que la poción solamente funcionaba con humanos. -Hermione asiente-. Oh. Claro. Quedaste mitad y mitad.

-¡Y aún no se me van los bigotes!

-JA JA. -Myrtle vuela sobre nuestras cabezas y señala a Hermione con el dedo fantasmal-. Por fin se dan cuenta lo que es ser fea. Ahora no estás tan linda, niña lista. JA JA JA. Tendrías que haberla visto -me dice-, tenía hasta una cola de gato. JA JA.

-Bueno, bueno, vete ya, Myrtle. Escucha, Hermione, esto es una estupidez; puedes cortarte las uñas y afeitarte los bigotes. No es grave.

Hermione se traga el llanto y asiente. Sus ojos siguen rojos y vidriosos.

-Ya sabemos cómo me fue -dice-, ¿pero ustedes por qué se demoraron tanto? -Al fin cambia de tema-. Espero que no se les haya acabado el efecto de la poción en frente de Malfoy. ¿Al menos llegaron a hablar con él?

-Claro que llegamos -dice Harry-. Estuvimos en la sala común de Slytherin y todo. Pero a la vuelta había muchísima gente en las mazmorras y bloqueaban el paso.

-Y había mucha agua. Creímos que había habido otro ataque.

Hago una mueca y los seis ojos se posan en mí; probablemente Myrtle también me mire desde lejos.

-Eso es lo que todos creyeron -digo-, pero era yo. Lo importante es que no hay nadie petrificado. Los detalles los contaré luego.

Ron vuelve a mirar el suéter con desconfianza, pero sacude la cabeza y vuelve a su relato.

-Vimos a Parkinson y pensamos que eras tú. Casi le revelamos el plan. Por suerte estaba enojada por algo, y un poco aturdida, y no tardó en alejarse de nosotros. Y casi morimos cuando hallamos a Percy.

-Ve a lo importante -dice Harry.

-UN GATO, UN GATO -sigue burlándose Myrtle desde la otra punta del baño.

Leyla y la Cámara Secreta | (LEH #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora