Capítulo 1: Despertar - Primera parte: Encontrar

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N/A 21/06/23: Como cambié el estilo de mi redacción estaré modificando algunas cosas, si notan algo diferente es por eso. También se me bugueó un separador y no me deja quitarlo xd.

Dolor, confusión y oscuridad.

Es lo único que puede sentir en estos momentos.

El dolor de la pena.

El dolor de la impotencia.

El dolor de la traición.


«¡CÁLLENSE! Solo quiero que paren... Por favor. Duele mucho.»

"¡WÈI YĪNG!"

No hay nada, solo un interminable vacío.

Los cadáveres desmembraban a los cultivadores, los fantasmas se abalanzaban contra aquellos que trataban de dañar a su maestro.

Wèi WúXiàn había perdido el control, atacando a diestra y siniestra a todos aquellos que intentaban abrirse paso entre la multitud de muertos sin distinguir a aliados de enemigos.

Las voces rechinantes retumbaban en su cabeza: «Eres nuestro pequeño juguete, nunca te dejaremos solo~.»

¿Por qué tenía que ser así?

Montones de recuerdos lo invadían: de las personas que amó, de las personas que asesinó...

"A-Lí está esperándote".

¿Por qué no puede... Estar en paz?
¿Por qué no puede proteger a su familia?

"Nos quedaremos al lado de shīfù".

La batalla fue brutal.

Todas las grades sectas lideradas por el loto morado marcharon a la montaña más alta de los Túmulos Funerarios.

— ¿¡ESTO ES LO QUE QUIEREN!? ¡¿QUIEREN EL SELLO NO?! ¡PUES AQUÍ ESTÁ! —

Liberando el poder del sello con una ráfaga brutal de energía yin las personas fueron alcanzadas por su poder. Algunos aún mutilados, aturdidos o incluso muertos se abalanzaron sobre el sello como ratas hambrientas, pelando, destruyéndose entre ellos con tal de poseerlo.

Tratando de escapar de su destino; de las manos que desgarraba su carne con firmeza y de los cultivadores que lo perseguían huyó sin rumbo y consciencia al pico más alto. Al verse acorralado busco con desespero una cara conocida, un recuerdo al que pudiera aferrarse para que su cordura no se empañara en la oscuridad.

Pero en lugar de eso se encontró con un par de ojos afilados y peligrosos con la intención de atacar, como un par de relámpagos a punto de caer. Las usualmente pulcras túnicas moradas se encontraban llenas de suciedad y sangre, Wèi Yīng no pudo evitar preocuparse por Jiāng Chéng, quien perfeccionista con su apariencia y quisquilloso con limpieza, debía sentirse muy incómodo con su estado actual.

Wèi WúXiàn fue tomado de las túnicas por quien alguna vez fue su hermano y orillas al borde del precipicio. Jiāng Chéng le susurró algo al oído a Wèi WúXiàn provocando que abriera los ojos horrorizado para después ser arrojado a las fauces de la oscuridad.

La caída en picada parecía interminable.

«Eres un monstruo, nunca dejarás de serlo~.»

Sonrió amargamente.

Esto le parecía tan familiar: el miedo y la incertidumbre acompañados por la irónica mezcla seguridad y el alivio.

El guardiánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora