Capítulo 1

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La mañana brillaba, una alarma suena pero es apagada con rapidez mientras unos pasos algo apurados sonaban por la habitación.

-A ver...Ya tengo todo en mi mochila...Me pregunto si no me estaré olvidando de algo -dice Marinette bastante nerviosa-

-¡Marinette, tu comida está lista¡ -grita su madre desde la cocina-

-Ya voy mamá -algo asustada- ¡a sí, mis audífonos¡.

Mientras buscaba lo que le faltaba, su amiga Sabrina llega a la panadería de la familia de Marinette.

-Buenos días Señor papá de Marinette -dice Sabrina muy contenta-

-¡Ah¡ Sabrina, me alegra verte ¿vienes por Marinette, verdad?.

-Así es, quiero llegar junto a ella nuestro primer día de clases.

-Puedes ir a buscarla, debe de estar desayunando.

-Que tenga un lindo día.

Una vez estando en la cocina, Marinette no dejaba de ver su celular, en ese momento alguien toca la puerta y la madre de la chica va a ver quién es.

-Buenos días señora mamá de Marinette.

-Sabrina, es un gusto verte, adelante, Marinette está desayunando.

Sabrina al ver que Marinette estaba muy concentrada en su celular, decide quitárselo y guardarlo en su bolso.

-¡Oye, Sabrina¡ -con un tono algo enojada y nerviosa-

-Un: Buenos días Sabrina ¿cómo estás? sería lo más apropiado ¿no lo crees? -responde ella bastante alegre mientras ríe- ¿qué tanto mirabas en ese celular? -con un poco de curiosidad-

-Estaba mirando cuando es el próximo concierto -algo apenada come de su desayuno-

-Bueno, puede que vayamos si es que no nos dejan demasiada tarea, recuerda que hoy es nuestro primer día de clases.

-Lo sé, lo sé, por eso me levanté temprano, a pesar de que tenía todo guardado en mi mochila, no podía estar quieta -bastante emocionada-

-Bueno, no querrán llegar tarde a su primer día, así que será mejor que se apresuren -dice la madre de Marinette bastante contenta para abrazar a su hija-

Al estar en la panadería, el padre de la chica les da a cada una una caja de macarrones, según el hombre era para que compartieran con los nuevos compañeros que llegarían ese día.

Al otro lado de la ciudad, un chico rubio se termina de arreglar y no tenía la mejor cara si se podría decir, al ir al enorme comedor y ver que su padre estaba leyendo una revista de moda, el chico esperaba respuesta alguna del hombre.

-Padre...

-Bien, al parecer estás listo para ir a la secundaria.

-Pero padre, no quiero ir, prefiero quedarme en casa -bastante enojado y angustiado-

-Adrien, ya hablamos de esto, no puedes quedarte todo el tiempo en casa, puede que seas modelo pero eso no significa que no vayas a la secundaria, no puedo darte clases todo el tiempo -con voz calmada y a la vez autoritaria- ahora Jaffer te llevará al nuevo lugar donde estudiarás. ¡Jaffer¡.

-Aquí estoy, señor -responde un hombre con voz serena y apariencia de un mayordomo-

-Por favor, lleva a Adrien a la secundaria de la que te hablé hace un rato.

-Como diga, señor, joven Adrien, por favor siga me -dice el hombre poniendo una mano en el hombro del chico-

-Sí....Jaffer -algo desanimado-

-Lo hago por tu bien, Adrien, no puedes vivir toda tu vida aislado -con la misma voz serena sigue leyendo la revista-

Una vez estando en el auto, Adrien no dejaba de ver la mansión, su mayordomo se da cuenta de eso enseguida y una vez comenzaba a manejar, intentaba buscar palabras para hacer sentir mejor al chico.

-Escuche joven Adrien, sabe que su padre lo ama al ser su hijo y lo está asiendo por su bien.

-Lo sé...

-No debería sentirse mal, joven Adrien, solo imagine cuántos amigos puede hacer en la preparatoria.

-Sí...Puede que ese sea el lado bueno -un poco mejor-

Mientras Marinette y Sabrina estaban cerca de la preparatoria, Marinette mira un momento hacia el parte y nota que al otro lado había un hombre mayor con un bastón intentando cruzar en dirección de donde las chicas se encontraban, cuando Marinette mira un auto se acercaba al hombre y el sujeto que lo conducía, miraba su celular y no prestaba atención al camino, Marinette pone la caja que ella tenía sobre la de Sabrina y esta corre en dirección al anciano.

-¡E-espera, Marinette¡ ¡¿a dónde vas?¡ -sabrina se asusta un poco por la reacción de la chica-

Marinette corre lo más rápido que podía para así llegar a donde estaba el anciano y evitar que este sea atropellado por auto, el conductor mira por un momento el camino y frena de golpe mientras que Marinette se encontraba arrodillada en el suelo, intentaba recuperar el aire mientras ayuda al anciano a levantarse.

-Muchas gracias, jovencita -dice el anciano, incorporándose con ayuda de la chica-

-No hay de qué -sonríe alegre para así fijarse en el conductor el cual estaba afuera del auto- y usted...Debería de fijarse en el camino en vez de mirar su celular -con un tono de enfado-

Mientras Marinette hablaba con aquel sujeto, el anciano con rapidez pone una pequeña cajita de madera en el bolso de la chica para así sostenerse de su bastón.

-Sabes, lo mejor es que vayas a clases, jovencita, te deben de estar esperando -dice el anciano para mirar a Sabrina-

-A sí, cuídese por favor.

La chica al volver con su amiga, toma la caja de macarrones para irse caminando como si nada, Sabrina suspira aliviada para seguirle el ritmo.

-¿Estás bien? fue una locura lo que hiciste -Sabrina estaba nerviosa por lo sucedido-

-Tranquila, no me paso nada, no podía dejar que un accidente pasara y que ese pobre anciano fuera atropellado.

-(Esta chica algún día me dará algo) -Sabrina suspira cansada por lo sucedido-

Miraculous Ladybug AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora