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Sunoo sentía que iba a llorar, lágrimas se comenzaron a asomar en sus ojitos aunque ninguna salía de ellos, y es que nunca antes le habían dicho cosas tan bonitas o lo habían tratado como si el fuera un príncipe.

Como si... como si el realmente era especial e importante, jamás se había sentido así con las personas cercanas a él o que estaban en su vida, a excepción de su mejor amigo, Jungwon, pero ahora mismo Sunghoon lo había hecho sentirse de esa manera con tan solo unas palabras, la atención que le brindaba y la manera en la que lo miraba o trataba.

Sunghoon lo hacía sentirse tan especial que quería llorar como un pequeño bebé porque ni siquiera su familia alguna vez lo hizo sentirse así.

-Te lo agradezco mucho, Sunghoon-ah, nunca antes alguien había hecho todas esas cosas lindas por mi hasta que llegastes tú... -susurró tímidamente con sus mejillas rojas e ignorando el temblor que recorrió todo su cuerpo cuando Sunghoon tomó una de sus manos para entrelazarla con la suya-. En serio, gracias, me haces sentir especial e importante.

-Es que lo eres Sunoo, eres especial e importante, y si te lo tengo que recordar todo los días para que me creas no dudes en que lo haré -el tono tan firme de Sunghoon le daban a entender a Sunoo que podía confiar plenamente en su palabra.

Sunoo quería gritar de la emoción. Quería levantarse de su silla y comenzar a dar saltos de la felicidad porque nunca antes lo habían hecho sentirse tan feliz.

Y aunque el y Sunghoon apenas se conocen. Se sentía tan seguro, querido y protegido cuando estaba con el mayor, que no dudaba ni un segundo en darle su confianza y corazón.

Desde la primera vez que lo vio, cuando se acercó hasta su mesa para hablarle, Sunoo sintió que había conocido a la persona con la que tanto había soñado alguna vez, con ese "príncipe azul" que siempre se mencionaba en las historias que su madre le contaba de niño, con esa persona que haría que quisiera estar a su lado hasta el fin del mundo y mucho más si era posible.

Park Sung-hoon, él es esa persona.

Sunoo no pudo evitar romperse, comenzando a sollozar suavemente al sentirse abrumado con tantas emociones hermosas que jamás había experimentado hasta el día en el que conoció a Sunghoon, el día en el que le permitió entrar a su vida y comenzar a tener un espacio en su corazón.

-Sunoo, bebé, ¿que sucede? -no se había dado cuenta que Sunghoon había corrido la silla hasta su lado, abrazándolo fuertemente entre sus brazos y el rostro de Sunoo se ocultó en su pecho, pudiendo sentir los calmados latidos del pelinegro.

-N-Nada, es solo que, me haces sentir tan bonito que no pude evitar llorar -Sunoo apartó su rostro del pecho del pelinegro y miró los ojos llenos de preocupación de Sunghoon.

-No quiero verte llorar, los angelitos como tu nunca deben llorar ni aunque sea por las cosas bonitas que les suceda -una de las manos del pelinegro llegó hasta el bonito rostro del rubio y procedió a limpiar las lágrimas que habían caído de sus ojitos.

-G-Gracias Sunghoon, no se que haría sin ti. Si no te hubiera conocido mi vida seguirá la misma aburrida y solitaria que siempre he llevado, estaría con esa inseguridad de sentirse que no eres querido ni amado por nadie, olvidado por tu propia familia y dejado de lado por la mayoría de los que se hacían llamar tus amigos, pero tu lo cambiaste todo -Sunoo levantó su rostro, acercándose al rostro del pelinegro que lo miraba en todo momento, y dejó un suave beso en la mejilla de Sunghoon.

Sunghoon no pudo evitar sonreír en grande, volviendo a abrazar al pequeño y tierno rubio, esperando que el ambiente se calmara para seguir con la cita que no era lo que ambos estaban planeando pero iba de maravilla a su manera.

𝗰𝘂𝘁𝗲 𝗯𝗼𝘆 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora