𝗰𝘂𝘁𝗲 𝗯𝗼𝘆

my cute boyfriend

El reloj marcaba las 2:30 p.m., y Sunoo, lleno de nervios y emoción, no podía controlar las ansias de encontrarse con la persona que tanto le gustaba.

Para ser sincero, estaba asustado. ¿Qué tendría que decirle Sunghoon? ¿Sería algo bueno o malo? Se preguntaba si Sunghoon también sentiría lo mismo por él, o si se confesaría como en esos sueños bonitos que su mente había creado mientras dormía. Esa idea lo llenó de felicidad, tanto que no pudo evitar saltar de alegría.

Minutos antes de salir, se miró al espejo. Sunoo llevaba un cardigan rosa pastel, unos jeans holgados y unas All Star a juego, una combinación que lo hacía sentirse cómodo y bien consigo mismo.

Mientras tanto, Sunghoon ya estaba en la cafetería, dándole vueltas a cómo se confesaría. Las preguntas lo invadían sin cesar: ¿Lo correspondería? ¿Sentiría lo mismo Sunoo? ¿Y si, después de todo esto, no quería volver a hablarle?

Después de un rato, Sunoo llegó. Al verlo, Sunghoon sintió su corazón latir más rápido. Sunoo se veía adorable con su look sencillo y su sonrisa sincera. Sin pensarlo, Sunghoon le sonrió y, nervioso, no pudo evitar mostrar su alegría.

"¡Sunitoo! ¡Hola! ¿Cómo estás?", exclamó Sunghoon, con una sonrisa que reflejaba su nerviosismo.

"¡Hoon!" respondió Sunoo con entusiasmo, y sin pensarlo corrió hacia él, abrazándolo con cariño.

"Estoy bien y feliz por verte. ¡Te extrañé mucho!", dijo Sunoo mientras se sentaba, contento por estar con él.

"Yo también te extrañé más de lo que imaginas", respondió Sunghoon, llamando a la camarera para hacer el pedido.

"¿Qué quieres tomar, bonito? Yo invito", dijo Sunghoon, y Sunoo se sonrojó ante el cumplido. No estaba acostumbrado a que alguien lo llamara "bonito", mucho menos alguien tan guapo como Sunghoon.

"Un mocaccino, por favor", respondió Sunoo, aún sintiendo las mejillas cálidas por el halago.

"Me encanta cuando te sonrojas, pareces una fresita linda", Sunghoon lo miraba con cariño, completamente embelesado por la belleza de Sunoo.

Al final, después de la merienda, salieron de la cafetería. Sunghoon, con una sonrisa traviesa, tomó a Sunoo de la mano y lo guió.

"¡Vamos! Te tengo una sorpresa", dijo, comenzando a correr.

"Oye, pero no tan rápido", protestó Sunoo, mientras comenzaba a correr tras él.

"Perdón, pero si llegamos tarde no se va a ver bien", respondió Sunghoon sin detenerse.

Finalmente llegaron, y Sunghoon, con una sonrisa pícara, le tapó los ojos a Sunoo.

"Solo cierra los ojos y sígueme. Estoy seguro de que te va a gustar mucho", dijo, guiándolo con cuidado.

Cuando finalmente le destapó los ojos, Sunoo vio una hermosa rueda de la fortuna frente a él.

"Ay...", Sunoo no pudo evitar que unas lágrimas cayeran mientras sonreía, abrazando fuertemente a Sunghoon. "¡Es hermoso! Pero, ¿por qué haces todo esto? Alguien como yo no se merece algo tan bonito..."

Las palabras de Sunoo rompieron el corazón de Sunghoon. Lo acarició con ternura, preguntándose por qué decía eso.

"No digas eso, cariño. Gente como tú merece todo esto y más. No llores, por favor... me parte el corazón verte así." Sunghoon sonrió con dulzura, y le sugirió que subieran a la rueda de la fortuna.

A medida que la rueda comenzó a moverse, Sunoo dejó de llorar y se sintió más tranquilo. Sunghoon, con el corazón acelerado, decidió que era el momento de confesar sus sentimientos.

"Sunoo... ¿Sabes cuál era la verdadera razón de esta cita? Como te mencioné por chat, quería que nos viéramos porque tengo algo que decirte desde la primera vez que te vi en esa cafetería. Recuerdo que fue en junio, un sábado 14 de junio de 2019. ¡Hace más de un año! Eso me hace tan feliz... En ese momento, tu ternura me cautivó, y no dudé en intentar hablar contigo. Y como sabes, lo logré. Desde ese día, empecé a sentir algo nuevo, algo llamado... ¿amor?"

Sunoo lo miraba con los ojos brillando, atento a cada palabra de Sunghoon.

"Sunoo..." Sunghoon trató de disimular su nerviosismo, pero no pudo ocultarlo.

"Tú me gustas. Si no sientes lo mismo o si, después de esto, no quieres hablarme, lo entenderé..." Sunghoon intentó ser sincero, pero antes de que pudiera decir más, los labios de Sunoo lo interrumpieron con un cálido beso. Sunghoon, sin dudarlo, lo abrazó y profundizó el beso.

Sunoo, rojo como un tomate, se separó y sonrió tímidamente.

"¿Por dónde empezar...? Bueno, siendo sincero, tú también me captaste desde el momento en que te vi en el bar. Juro que te veías increíble, pero mi vergüenza no me dejaba dar el primer paso. Y luego llegaste tú, me hablaste... Y, bueno, después de pensar tanto, me di cuenta de que también me gustas, y mucho."

Sunghoon sonrió de oreja a oreja, sonrojado y feliz.

"Y, según todas esas películas que veía de niño, cuando dos protagonistas se confiesan, uno de ellos tiene que preguntar..."

"Sunoo, bonito... ¿Te gustaría ser mi novio?"

Sunoo, entre lágrimas y sonrisas, abrazó a Sunghoon con fuerza.

"Te amo..." susurró Sunoo, con el corazón lleno de felicidad.

Después de esa escena romántica, Sunghoon ofreció llevar a Sunoo de vuelta a su casa.

"Creo que llegamos a la meta. ¡Adiós, mi chico tierno! No olvides que te amo."

"Adiós, honnie", respondió Sunoo, feliz, mientras saludaba a su novio y entraba en su casa.