headcanon de Slashers | Libro 2

reacción de Bo Sinclair, Poly Ghostface y Thomas

Solicitud : ¿Crees que podría pedir algo de Bo, Poly Ghostface y Thomas reaccionando al lector después de que llega llorando porque su madre le gritó?

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Bo Sinclair

Entraste a la casa con los ojos anegados en lágrimas. Estabas sosteniendo tu teléfono más fuerte de lo necesario y por la mirada en tus ojos, tu mente parecía estar yendo a mil por hora y probablemente a los lugares equivocados.

"Mi madre…" no pudiste terminar lo que querías decir, tu barbilla temblaba ante tu próxima ronda de lágrimas.

Bo te estaba mirando desde el sofá, cerveza en mano y televisión encendida, sin embargo, tan pronto como vio la forma en que estabas tratando de controlar tus sollozos, rápidamente se puso de pie.

Bo sabía que te había vuelto a gritar. Tenía demasiada experiencia con esto, más de lo que le gustaría admitir, por lo que era una situación familiar con la que sabía cómo lidiar.

Le trajo recuerdos desagradables de sus hermanos, especialmente de Lester cuando era muy joven, aferrándose a su ropa después de un mal día. Él vio ese tipo de vulnerabilidad en ti, y aunque todavía era bastante difícil para él exponerte lo mejor de sí mismo, sabía que simplemente no podía dejar que te alejaras.

Así que puso su brazo alrededor de tus hombros y te atrajo hacia su pecho, donde no tuviste más remedio que enterrarte y dejar salir lo que estabas sintiendo.

Se quedó allí, abrazándote y, con su mano libre, acariciando tu nuca con cierta torpeza.

Después de un rato te separaste de él, y aún algo adormecido en tus sentimientos y en su manera inusualmente gentil, lo miraste fijamente.

"¿Qué pasa? ¿Quieres un poco, cariño?" y tiró su cerveza hacia ti. Sabías que esos momentos lo ponían un poco incómodo, por lo que tenía que hacer algo para redirigir tu atención a cosas menos emocionales.

Soltaste una risita mientras negabas con la cabeza. Bo también sonrió, esta vez dejando la botella en la mesa más cercana.

Él tomó tus mejillas y justo antes de besarte, susurró:

"Estás bien, estás conmigo" y luego te dejas llevar por sus labios expertos mostrándote todo lo que le resultaba difícil expresar con palabras.

stu macher y billy loomis

"Bebé, bebé, ¿qué pasa?" la voz de Stu, suave pero teñida de preocupación, te hizo mirar hacia arriba. Tu rostro estaba empapado en lágrimas y eso inmediatamente puso a ambos chicos en alerta.

Estabas en la casa de Stu con todo listo para otro de sus maratones de películas, pero ninguno de los dos dudó en levantarse para acudir en tu ayuda cuando entraste en la habitación.

Stu te abrazó de inmediato, Billy, por otro lado, se quedó mirándote atentamente y, a pesar de lo perspicaz que era, sabía de qué se trataban tus lágrimas.

"Estamos contigo, ¿de acuerdo? Ella ya no puede decirte nada", luego Stu tomó la mano de Billy y lo abrazó. Ambos sabían que al moreno no le gustaba mostrar demasiado su afecto, pero también, Stu y Billy sabían que estabas en un momento vulnerable, uno que los requería a ambos.

Billy pasó uno de sus brazos alrededor de la espalda de Stu, quien apoyó su cabeza sobre la tuya. Su otro brazo descansó alrededor de tu cintura y sentiste un agradable escalofrío recorrerte mientras escondía su rostro en tu cuello.

Te quedaste así durante mucho tiempo. Sentiste su calor reconfortante y todo el amor que querían transmitirte a través de ese contacto.

"¿Sabes qué también sería bueno para distraerte?" preguntó Stu, dándote pequeños besos en la frente.

"Un maratón de slasher" respondió Billy con una sonrisa, te reíste y te limpiaste las lágrimas y luego acompañaste a tus novios al sofá.

Thomas Hewitt

Thomas entró en su habitación compartida. Afortunadamente no había sido un día tan ajetreado, por lo que todavía era temprano y esperaba verte despierto. Pasar tiempo a tu lado siempre fue el mejor remedio para su cansancio.

Simplemente no esperaba verte en posición fetal, sosteniendo el teléfono con demasiada fuerza y ​​llorando intensamente.

Se preocupó al instante y sus ojos escanearon tu cuerpo para poder comprobar que no te habías hecho daño de alguna manera. Aunque no importaba.

Tras descubrir que su llanto era emocional y no físico, siguió con la misma preocupación.

Se acercó a ti con sumo cuidado y te quitó el teléfono de las manos. Eso solo te hizo reaccionar ante su presencia.

"Perdóname Tommy, es que mi mamá…" no completaste la oración, sentiste que tus lágrimas amenazaban con caer de nuevo, pero no querías llorar de la misma manera que antes, así que en vez de desplomarte en el cama, te derrumbaste sobre Thomas, envolviste tus brazos alrededor de su cuello y apoyaste tu rostro en su pecho.

Su enorme y cálida figura era reconfortante.

Seguía siendo muy tímido en sus demostraciones de cariño, pero al verte tan triste, no dudó en pasar sus manos suavemente por tu espalda, lo que fuera necesario para hacerte saber que no estabas solo y que él estaba ahí para apoyarte. usted.

Dejaste de llorar poco a poco después de largos minutos, aún no querías dejar a Thomas, ya que el ritmo de los latidos de su corazón era bastante relajante.

"Thomas… ¿puedo dormir en tu pecho?"

Asintió tan rápido que no podías evitar reírte de un gesto tan dulce y entusiasta.

Apagó la luz, para que supieras que se había quitado la máscara.

Se quitó los zapatos y la camisa y luego, con el cuidado que se tiene cuando se manipula la porcelana, te cargó contra su pecho, al que te aferraste.

"Gracias, mi amor" susurraste, dándole un pequeño beso en el área donde sabías que estaba su corazón.

Sentiste que su corazón se aceleraba con tus palabras y tus muestras de afecto y luego, te dejaste consumir por el sueño y el calor relajante de sus brazos a tu alrededor.