headcanon de Slashers | Libro 2

AQUÍ - PATRICK

Advertencia: manipulación / y habla de asesinato al final

N/A: no sé si te gusta pero lo intente espero te guste sorry por la tardanza ponango

Patrick supo que había algo diferente en ti desde el momento en que entraste al edificio. Eras la primera mujer que conocía que fuera algo más en su oficina que una secretaria o una asistente, y aunque te juzgó por eso, al principio asumiendo que te habías acostado con un alto cargo para ganarte el puesto, él Tenía que admitir que le inspiraba algún tipo de respeto, mucho más de lo que normalmente sentía que le debía a las mujeres. No solo imponías respeto sino también atención, sus ojos se sentían obligados a mirarte cada vez que estabas a la vista, sus oídos sentían que era su deber escuchar atentamente tus palabras cuando hablabas. Había algo diferente en ti.

Sabía que no era el único que te veía así, captaba cada mirada anhelante de tus compañeros de trabajo en tu camino, y una parte de él sentía que tú también los veías. tal vez te llamó la atención, tal vez te hizo sentir poderoso, pero tal vez simplemente no lo sabías y continuaste tu día como tal. Nunca fue simpático con nadie, nunca fue uno para entender a otras personas, eso lo sabía. Lo que no podía explicar, sin embargo, era la sensación que burbujeaba en su estómago cada vez que te veía con tu nuevo amigo del trabajo, Paul. Paul Allen. Un sentimiento que pudo explicar fue lo que le sobrevino cuando descubrió que ustedes dos estaban comprometidos y que iban a casarse, ni siquiera sabía que estaban saliendo. Era un sentimiento de furia que lo impulsaba. Te había hablado muchas veces antes, te consideraba un amigo, uno bueno, además. Sonreías cuando lo veías, saludabas cuando te lo encontrabas en público. A veces, cuando tenía mucha suerte, entrabas en su oficina y te sentabas en su escritorio, o en una silla, y pasabas tiempo con él.

Cuando te miró, no solo vio a un compañero de trabajo, un competidor. Él no vio eso en absoluto, te vio a TI, en toda tu belleza divina. Cuando imaginó un futuro contigo, no fue uno con sus manos alrededor de tu garganta, exprimiendo la vida de tu cuerpo, solo pensar en eso lo hizo temblar. Vio un futuro de trasnochadas en clubes exclusivos, reservas semanales en dorsia, gastar cantidades de dinero insanas, levantarse más temprano solo para tener tiempo de verte dormir. A pesar de toda su admiración por ti, él seguía siendo Patrick Bateman en el fondo. Lo hiciste sentir presente, real. Tenías una cualidad humilde en ti mismo, había algo en ti que despojaba a un hombre, incluso a Bateman, hasta los huesos. Sabía que lo veías a través de él. Tú devolviste a los hombres a sus raíces primitivas, por mucho dinero, por mucho poder,

Sin embargo, el roce de Patrick con la cadena de la costumbre fue bruscamente interrumpido por un golpe en su puerta una soleada tarde de martes. Escuchó a Jean llamar desde su escritorio,"¡Patrick, es Paul Allen!" Gruñó mentalmente, pero se levantó para abrir la puerta y darle la bienvenida a Allen a su oficina de todos modos.

"Marcus", Paul sonrió, sacando un sobre blanco de su bolsillo. “Solo paso para extender una invitación de mi prometida y yo, nos gustaría que vinieras a nuestra boda”. Se le revolvió el estómago. Patrick sintió que su rostro se calentaba y forzó una sonrisa mientras agarraba la invitación, sin saberlo, la arrugó cuando su agarre se hizo más fuerte, y los nudillos se le pusieron blancos.

"Gracias, Pablo". Sus palabras se sintieron espesas en su lengua, y el aire de repente se sintió mucho más difícil de respirar. Cuando Paul se dio la vuelta y caminó por el pasillo, Patrick tuvo que tomar asiento. Sostuvo su cabeza entre sus manos mientras le gritaba a Jean que cancelara todas sus citas por el resto del día. ¿Qué le estaba pasando?Había pasado toda su vida simplemente desapegado, simplemente nunca estuvo allí, entonces, ¿por qué se sintió tan aquí de repente? Cuanto más profundizaba Patrick en sus pensamientos, más rabia sentía acumularse en su interior. Su cuerpo comenzó a temblar y su visión se nubló con verdadero odio, literalmente vio rojo. Sentía que no podía respirar sin ti, necesitaba saber que no eras de otro hombre, incluso si no eras suyo, por mucho que quisiera que lo fueras. Fuiste la primera mujer que había visto de otra manera que no fuera sexual. No estaba pensando constantemente en follarte, estaba pensando en abrazarte hasta las primeras horas de la mañana. No sabía lo que le habías hecho, pero no le importaba. Tampoco le iba a importar lo que le iba a hacer a Paul Allen.

El mundo te debía a él después de ponerlo en una necesidad tan intensa de ti, y ahora iba a hacerte sentir que también te debías a él. Sabía exactamente lo que iba a hacer. Patrick era un millón de cosas, pero desorganizado ciertamente no era una de ellas. Su pensamiento rápido lo había llevado a donde estaba ahora, y estaba seguro, si las probabilidades estaban a su favor, lo llevaría aún más lejos. Era un plan relativamente simple en papel, y para una persona orientada a objetivos como Patrick, también sería relativamente simple de llevar a cabo. Allen, a pesar de escuchar a Jean llamarlo por su nombre propio varias veces, estaba decidido a que él fuera Marcus, así que cuando arregló una cena con él el viernes, eso es exactamente lo que se le informaría, probablemente a usted, él iba a ver. Patrick sabía que también tenías planes para el viernes. Jean y tú os habíais llevado bastante bien e ibais a ver una película. Después de la cena, regresaba con él al apartamento de Allen bajo la premisa de ver un partido de béisbol y compartir unas cervezas. Se clavaría un hacha en la cabeza y, en cuestión de minutos, su problema desaparecería.

Ahora, él se aseguraría de que nunca vieras el cuerpo, ya que una parte de él se sentía ferozmente protectora contigo, y en su lugar haría que un ama de llaves tropezara con él. Era un hombre limpio y muy inteligente, y sabía muy bien cómo salir impune de un asesinato. Nunca sería atrapado. Sería un hombro en el que apoyarse y le ofrecería un lugar donde quedarse. Permanecerían juntos hasta que eventualmente desarrollaran sentimientos por él, y sus fantasías finalmente se harían realidad, y él no podía esperar al viernes.