Amulet/Amuleto

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Bucky

Sentía que la emoción que llevaba dentro le haría explotar en cualquier momento. No podía con la emoción que le daba el no solo poder ir y acercarse a la playa, sino que la idea de poder conocer más del mundo de Steve y el poder tener una idea de donde vivía, ilusionaron al omega.

Sabía que Steve no estaba tan convencido, lo podía ver en la tensión que reinaba sobre sus hombros y como mantuvo una mano sobre Bucky en todo momento mientras dirigía el bote hacia la playa. Lo que el tritón menos quería era que Steve creyera que fue una mala idea, así que acataría sus órdenes, le haría caso en lo que le dijera y no se expondría.

No quería perder la oportunidad de ir nuevamente en un futuro cercano con Steve, ya que aunque amaba que sus encuentros fuesen en el lugar donde se conocieron, el poder ir más allá, explorar juntos y desplazarse sonaba como lo mejor para el joven omega.

Estaba sentado al lado de Steve, observando la forma en que el bote los llevaba con velocidad; el aire golpeando sus cuerpos, haciendo que los mechones castaños de Buck volaran y lo hicieran ver más lindo ante los ojos del alfa. En cierto punto volteó hacia atrás y se percató que la zona de los corales estaba cada vez más lejos, la emoción y el miedo de combinaron y probablemente aquello se mostró en su aroma porque Steve volteó a verlo y sonriendo habló.

—Todo estará bien, Buck. Te aseguro que será una agradable experiencia pero si en algún punto quieres que regresemos por cualquier razón puedes decirlo —Steve era tan abierto a lo que Buck quisiera o no hacer, dispuesto a complacerlo y hacerlo feliz. James asintió y sintiéndose con más derecho gracias al cotejo, descansó su cabeza sobre uno de los hombros gruesos del alfa.

Una de las cosas de las que se había dado cuenta desde el inicio fue que Steve era demasiado grande y fuerte. Su cuerpo demostraba los años de trabajo físico que había empleado y afirmaba que el rubio era un digno representante de la casta alfa; se preguntó cómo se llegó a ver Steve años atrás y no podía imaginarlo diferente.

—Un centavo por tus pensamientos —la voz alfa lo distrajo; James rió y suspiró besando la piel desnuda que tenia a su alcance—. ¿Todo bien? ¿Quieres volver? —sugirió, atento a lo que Buck pudiese decirle.

—Estoy bien, aún quiero ir contigo —le confirmó—. Es solo que estaba pensando en ti —mordió el interior de sus mejillas y alzó la mirada viendo el perfil del alfa—. Estaba pensando en cómo te ves, fuerte, musculoso, enorme en pocas palabras —se sinceró y sintió como Steve apretó el agarre que tenía en él—. Me gusta como te ves.

—¿Sí? Bueno, me alegra bastante que te guste mi físico, es satisfactorio saberlo —poco a poco iban acercándose a la playa pero aún quedaba un tiempo—. ¿Me creerías si te digo que no siempre lucí así? —Bucky no pudo no observarlo con incredulidad. Steve asintió—. Así es, no siempre lucí como lo hago ahora; no siempre fui un alfa musculoso, alto y saludable; no siempre fui alguien que representara a la casta —recordaba a la perfección los años en que a pesar de haberse presentado como alfa era en lo último a lo que se parecía—. Era pequeño, muy delgado, enfermizo y más bajo que tú.

Tantas burlas, tantos malos tratos por ser escuálido, pequeño pero valiente para defender sus ideales; habían sido años malos hasta que al cumplir su segunda década de vida creció y superó en todo a los alfas que le habían hecho la vida imposible.

—Bueno, puede que antes no haya tenido esos músculos pero apuesto que desde siempre has sido un increíble hombre, honesto y amoroso —Bucky en ningún momento lo vio con malos ojos, ni siquiera al decirle que antes era enfermizo, algo que entre parejas alfas y omegas era importante considerar por sí en un futuro llegaban a haber cachorros.

Ángel Donde viven las historias. Descúbrelo ahora