Ups

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Capítulo 25
Ups

Mara

Decidí emborracharme porque necesitaba un respiro de todo, y ahora me siento culpable porque es lo peor que pude hacer.

Tere toca la puerta del condominio con fuerza y me acerco para abrir.

—¿Estás lista? ¿Dónde está Eric?

—Fue a visitar a su padre, dijo que llegaba poco antes de las cuatro, así que hagamos esto ya. ¿La tienes?

—Claro que sí, es el único motivo por el que estoy aquí —dice, sacando las cajas de su bolso.

—Sólo necesitamos una, ¿por qué compraste cinco?

—Hermana, ¿no te han enseñado que debes verificarlo? Una puede dar un falso resultado. Además, traje de todos los precios, ya sabes, para asegurar la precisión.

Suspiro y arrebato las pruebas de embarazo de sus manos.

—Gracias.

—¿Crees que sea la tía consentidora? —inquiere y le aviento una de las cajas, haciendo que se queje—. Tú serás la mamá amargada.

—No seré mamá.

Ella sonríe.

—Si salen dos rayitas, me gustaría que lo repitieras.

—Es sólo un pequeño retraso —Me doy ánimos.

—Ay, hermana. —Suspira—. Anda, que me tienes con los nervios de punta.

—¿Tú crees que yo no lo estoy?

—Un pequeño Eric, qué bendición —se burla—. ¿Él ha dicho algo sobre querer hijos?

—No. Ni siquiera quiere casarse conmigo, mucho menos tener hijos.

—Eso lo estás suponiendo.

—Lo conozco, sé que no es algo que él querría.

Azoto la puerta del baño y veo las pruebas con terror.

—¡Qué hermoso lugar! —grita mi hermana al otro lado de la puerta—. Con razón prefieres estar aquí; creí que era por el sexo, pero ya veo que no sólo es eso.

Pongo mis ojos en blanco y sacudo la cabeza, intentando ignorar lo que Tere dice mientras abro la primera caja. Ya me he hecho muchas pruebas, así que conozco los pasos de memoria; me voy directo al grano y orino sobre ella.

Canto una canción de la radio que se me pagó esta mañana mientras vuelvo a hacer y repito en cada una de las diferentes pruebas que la exagerada de mi hermana trajo. Espero un poco mientras veo los test y siento que mi corazón palpita con fuerza, al punto de casi salir disparado de mi pecho.

—Tranquila, Mara —Me echo porras—. Esto es pan de casi cada mes, siempre ha estado todo bien y hoy no será la excepción.

—¡¡¿Ya?!! —grita Tere, exaltándome.

—¡¡¡Espera, bruja!!!

Respiro fuerte, claro y hondo.

Doy un par de saltos de valor, porque sé que no estaré embarazada, tal como sucedió las 37 veces anteriores. Sin embargo, es difícil deshacerse de este extraño sentimiento de preocupación que aparece cada vez que orino en esas esponjitas.

Abro la primera caja y sonrío, sintiendo inmenso alivio en cada célula de mi cuerpo.

Negativo.

Aprieto mis puños y doy gracias al señor mirando al techo.

El oficial de mis sueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora