-Kira, Kira, ¿piensas responder? –Escucho al profesor y vuelvo a la realidad. Al ver mi cara de desconcentración me repite la pregunta. –Muy fácil, ¿en qué año se descubrió América?
-1492. –Me sonríe. No estaba concentrada, pero eso lo habíamos dado años atrás.
Me sonríe y sigue con su clase. La verdad, no sé ni lo que estamos dando, solo espero que pasen los minutos para poder salir de esta clase e irme con mis amigos. Acabamos de empezar el curso, así que mis padres me dejan salir con ellos. Son muy estrictos, nunca les ha gustado que me junte con mi grupo, pero saben que no van conseguir separarme de ellos. Después son insoportables con las notas. Mi hermano, es muy listo y me saca un año. En cambio, a mí las lenguas se me dan bien, pero todo lo que incluye un número, se me da terriblemente mal. Al igual que historia. Y por eso cuando tengo exámenes no me dejan salir, y mucho menos si es con mis amigos. El timbre suena por lo que cojo mis cosas y me voy. Cuando ya estoy por salir, el profesor me para. Espera a que todos salgan de la clase y se apoya en la mesa de un alumno de primera fila con los brazos cruzados.
-Deberías estar más atenta en clase Kira. –Me dice con un tono de preocupación. -Te noto distraída. ¿Hay algo que te preocupe? ¿Algún problema en casa o con tus amigos? –Niego con la cabeza.
-No, solamente es hoy estaba distraída y ya está. No volverá a pasar. –Le aseguro. Asiente y hace un gesto para que marche. Salgo de la clase, abro mi taquilla para dejar los libros y coger mi abrigo. Salgo del instituto y veo que están en la salida esperándome. Les saludo y bajo hacia ellos.
-Hola, por fin llegas. –Me dice David. Levanto las cejas y me acerco a ellos. -Hemos quedado con Pablo en el bar, así que vamos tirando. –Hago una cara de asco al saber que Pablo viene con nosotros, pero la intento disimular. Empezamos a hablar sobre el día de camino a un bar. Cuando llegamos nos sentamos y esperamos a que nos tomen nota. Connor y Gala se sientan juntos y no paran de darse besos. David y yo hacemos una cara de asco. Instantáneamente miramos a Vera, que, aunque la conocemos desde hace poco sabemos que se muere de celos.
Cuando el señor viene a tomarnos nota, Pablo no ha llegado. A mí me da absolutamente igual y veo que a los demás también así que pedimos unas bebidas.
-Entonces repaso, dos Coca-Cola, dos aguas y un zumo de naranja. –Dice el camarero con un tono de aburrimiento. Asentimos con la cabeza y se va.
- ¿Kira tus padres te dejan ir a Milán? –¿Milán? En ningún momento hablamos de ir a Milán. Al ver que no entendía nada, David sigue. –Los viajes de ocho euros que encontramos para este fin de semana. Lo dijimos por Instagram. Os envié el enlace por el chat. - ¿Chat? Nunca habíamos creado un chat por Instagram.
-David, nunca hemos tenido un chat de Instagram. ¿Qué dices? –Dice de repente Gala. –Aparte...- Se queda en blanco y no sigue. Puse una cara de confusión y vi como Connor y Vera miraban al suelo.
-Ay es verdad. –Dice David después de unos segundos. –Me he equivocado, se lo mande a mí hermano y no a vosotros. –Entonces la mesa queda en silencio. No entiendo nada así que pienso en dejarlo estar.
De repente desde lejos se escucha a alguien gritar, se me hace familiar y como no solo puede ser él.
-Chicos. –Grita Pablo. Antes de que pueda girarme a saludarle ruedo los ojos. –¿Me habéis echado de menos? –Pienso en responderle la verdad, pero me callo. Los chicos se dan una palmada y se sientan. Se tira encima de Gala le da muchísimos besos y hace los mismo con Vera, en cambio cuando llega a mí me mira y levanta las cejas y me dice "hola". Yo me digno a decir y hacer lo mismo y ni siquiera levantarme.
Cuando el camarero trae las bebidas, Pablo pide una Coca-Cola. Yo abro la mía y bebo un sorbo. Entonces mi móvil vibra, mientras los demás hablan yo miro la notificación. Es un mensaje de Lucas, mi mejor amigo, el único amigo con el cual mis padres han estado contentos.
Kira, he de contarte algo muy importante. ¿En cinco min en tu casa?
Okkk, nos vemos ahora.
Guardo el móvil y me bebo la Coca-Cola de un sorbo. Saco cinco euros del bolso y los pongo en la mesa.
-Lo siento chicos me ha surgido un imprevisto, nos vemos mañana en el instituto. –Los chicos se despiden de mí y yo salgo corriendo. Lucas nunca me llama Kira a no ser que este triste, enfadado o me necesite y él nunca me ha fallado y no voy a fallarle yo ahora. Estoy a dos calles de casa, así que cojo un atajo entre dos casas del barrio.
Llego a casa y mis padres están en el salón, Lucas aún no ha llegado así que puedo hablar con ellos.
-Papá, mamá, ya estoy en casa. –Mi madre se levanta y me sonríe, en cambio mi padre estaba tumbado en el sofá. –En cinco minutos vendrá Lucas, ¿os importa? –Mis padres niegan con la cabeza y me dirijo a mi habitación.
Dejo el bolso y el abrigo en la silla y me tumbo en la cama. Me pongo a mirar las redes sociales. Veo que cuando me he ido, Pablo ha colgado una foto, con ellos. Miro la descripción y no sé porque se me encoje el corazón. "Los de siempre, son los de siempre y nadie los cambia."
Suena ridículo, pero se perfectamente que esa frase va para mí. Apago el móvil y justo suena el timbre. Abro la puerta y veo a Lucas llorando. Lo hago pasar a mi habitación y antes de cerrar la puerta grito.
-Picar si queréis pasar, queremos estar solos. –Y cierro la puerta. –Lucas... -Digo acercándome a él. Le doy un abrazo muy largo, casi nunca lo he visto llorar, sólo de pequeños. Nos separamos y pasan unos segundos, levanta la mirada, veo sus ojos azules y sus pelos rubios. Respira hondo.
-Ha pasado algo, algo muy grave Kira.
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Un nosotros sin mí
Teen FictionKira tiene 15 años, a punto de cumplir los 16 y su vida estaba siendo guay. Había conocido un grupo de amigos, los cuales pasarían a formar algo en su vida. Sus padres eran un poco estrictos y no les gustaban esos chicos, aunque sabían que no les po...