Después de unos veinte minutos de entrar al tren Sonia ya estaba dormida, y yo me encuentro mirando mi móvil; entro a Instagram y paso historias, hasta que llega un momento donde me canso, así que opto por escribir al grupo.
Hola chicos, ¿Qué hacéis?
Galita <3
Nada viendo las redes sociales.
Me sorprende que Gala conteste tan rápido, nunca lo hace, siempre espera horas para contestarme. Pablo lo ve y no contesta, tampoco imaginaba que fuera a hacerlo. Me vibra el móvil, otro mensaje.
David:
Pasear al perro, ¿Qué tal el viaje hacia BCN?
Me contesta David minutos después de que Gala contestara, le respondo a su mensaje con "bien" y nadie más contesta de mientras, así que dejo el móvil e intento dormirme un rato.
***
-Kira, Kira, vamos despierta, ya hemos llegado a Barcelona. –Me dice una voz mientras me remueve el cuerpo. Abro los ojos y veo a Sonia con una sonrisa en la cara, desde que a Lucas le diagnosticaron el cáncer, las pocas veces que la he visto, no tenía su sonrisa, podía fingirla, pero la conocía lo bastante como para saber que hoy estaba realmente feliz por primera vez desde ese día. –Carlos está fuera, nos ha venido a buscar.
Cogemos nuestras bolsas y nos dirigimos a la salida, dónde Carlos estaba con una pequeña hoja que ponía "Kira Ibáñez". Sonreí al verle y le di un gran abrazo. Siempre había tenido más buena conexión con Sonia, pero Carlos es encantador.
- ¿Preparada? –Me dice mientras me abre las puertas del coche.
-Siempre. –Le sonrío y después entro al coche, veo que Carlos y Sonia se quedan fuera hablando unos segundos. No les escucho ya que la puerta del coche está cerrada. Ellos entran y entonces arranca el coche.
Durante el viaje no cruzamos muchas palabras, al principio me preguntan cómo me va en el instituto y todos esos rollos sobre los estudios, pero cuando esa conversación se acaba, todo queda en silencio. No es un silencio incomodo, ellos cruzan algunas palabras sobre temas que no son de mi incumbencia, por lo tanto, prefiero seguir en silencio. Me fijo en que siguen usando google maps, es decir que todavía no están muy ubicados por Barcelona, lo que me parece muy normal, no habrán tenido tiempo de hacer nada. En ese silencio miro por la ventana y observo las calles, a la gente que consigo verles la cara, cuando nos paramos en algún semáforo.
Llegamos a la parte alta de Barcelona, donde los padres de Lucas me indican que ese es el hospital donde está ingresado. Me bajo con Sonia y Carlos se va al aparcamiento, noto como el corazón me empieza a latir más fuerte que nunca. Me pongo bastante nerviosa y Sonia lo nota, antes de entrar me coge de ambos brazos y hace que mi mirada vaya directa a la suya.
-Va a ser duro, él a lo mejor no reacciona bien, ambas sabemos que no quiere que sepas que lo está pasando mal. –Me dice, veo sus ojos azules cristalino, estaba claro que Lucas los había heredado de ella. –¿Te puedo pedir un favor? –Obviamente asiento con la cabeza. No sabía si tenía las fuerzas para decir alguna cosa. –Si no reacciona bien, quédate con él. Ahora te necesita. Por favor. –Se para un momento. Estuve a punto de decirle lo que pensaba, pero ella se me adelanto. –Pero tú le necesitas más a él. –Asentí con la cabeza y mis ojos empezaron a humedecerse.
Nos dimos un largo abrazo, el cuál agradecería que hubiera durado más, pero había llegado el momento de verle. Me sequé las lágrimas antes de entrar y cogí de la mano a Sonia, sabía que si lo necesitaba ella me ayudaría.
Llegamos a la quinta planta, dónde estaba la habitación de Lucas. Cruzamos un par de pasillos, ahora sí, el corazón me iba a mil por hora. Y allí me veía delante de una puerta. Sonia fue a abrir, pero antes me miro, yo respiré hondo y asentí con la cabeza. Me hizo un gesto para que esperara en la puerta de la habitación.
- ¡Mamá! –Al escuchar su voz, me tranquilice, me pase la mano por la cara y vi como Sonia me hizo un gesto discreto para que me fuera acercando.
-Lucas, tengo algo para ti. –Dice haciendo un gesto para que apareciera.
Camino y lo veo allí tumbado en la cama con un comic apoyado en sus piernas, ya no es el Lucas que siempre tenía una sonrisa, no tenía buena cara, veo sus ojos de color azul mar otra vez en persona y veo su cara, no tenía una expresión clara, era una mezcla de tristeza y felicidad, de confusión y tranquilidad. Pero unos segundos después reacciona.
-Ki... -Dice con una voz trabada, y algunas lágrimas le caen por la cara, no tengo claro si es por felicidad o tristeza, pero rápidamente me acerco a él y voy a darle un abrazo. Sonia me da un golpecito en la espalda y se va de la habitación dejándonos solos. –Joder Ki, te he echado de menos. –Me dice después de que su cara se hundiera en mi hombro.
Escucho pequeños sollozos y se separa de mí. Me siento en un pequeño rincón de la cama y con una de sus manos me coge una de las mías, niega con la cabeza y me mira. Sus ojos siguen sacando pequeñas gotas saladas que él se seca con la otra mano.
-Yo también te he echado de menos guapo. –Le digo después de que unas lágrimas también cayeran de mis ojos.
- ¿Qué haces aquí? –Me dice rápidamente al darse cuenta de que en teoría debería estar en Madrid.
-Supongo que soy tu regalo de cumpleaños. –Le digo y eso hace que una pequeña comisura en los labios, que no acaba de ser una sonrisa se le aparezca.
-Madre mía, no puedo creer que estés aquí. –Me dice mientras se lleva las manos a la cabeza.
-Si te digo la verdad, yo tampoco. –Suavemente los dos nos reímos y nos quedamos en silencio. - ¿Cómo te encuentras? –Digo sacando un tema de conversación.
-Como la mierda, pero no quiero hablar de esto ahora, hablemos de otra cosa, por favor. –Mientras lo dice una de sus manos rasca lentamente su nuca y mira al suelo. Yo asiento con la cabeza, sabía que durante este fin de semana no querría hablar sobre ello, pero yo no le quería llevar la contraria. - ¿Qué tal el instituto? ¿Algo nuevo o algo interesante? –Dice acomodándose en la cama.
-Todo como siempre, Pablo, Connor y David te mandan recuerdos. –Me mira y alza las cejas. Entonces ambos quedamos en silencio por unos segundos. –Pablo es idiota, pero Connor y David son buenas personas.
- ¿Tú crees? –Asentí con la cabeza. –Milán. –Al ver que no tenía reacción que sigue. –¿Tenías algún plan para este fin de semana si no hubieras venido a BCN? –Niego con la cabeza, veo que está un poco enfadado, coge su móvil y lo desbloquea. –No te lo quería enseñar ahora, pero lo he visto antes de que tu llegarás. –Me dice sin levantar la vista del móvil, para que dos segundos más tarde me enseñara unas historias de Instagram. –Toma míralas todas, son las historias de Vera.
La primera historia es en un avión, pero no se ve a nadie solo la ventanilla, así que paso a la siguiente, esa sí que hace que se me encoja el corazón, veo una foto de Gala y Connor en un aeropuerto, se están besando y arriba pone "Milán". Confusa, paso a la siguiente historia y veo una foto donde están todos. Están Pablo, David, Vera, Gala y Connor, están en Milán. Ahora entiendo lo que David dijo hace semanas, querían ir sin mí. Un sentimiento de traición hace que la tristeza me invada y noto que mi sonrisa se desvanece.
-Bueno, da igual, son idiotas. Ya hablarás con ellos más tarde, disfrutemos de este fin de semana juntos. –Al ver mi cara de tristeza Lucas me da un abrazo y me seca una pequeña gota que había caído por mi cara. Tenía razón ahora no podía ponerme triste por ellos, menos teniendo a Lucas así.
-Son idiotas. –Digo mientras intento sonreír, pero la foto de todos sonriendo no me para de rondar la cabeza. –Disfrutemos tú y yo.
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Un nosotros sin mí
Teen FictionKira tiene 15 años, a punto de cumplir los 16 y su vida estaba siendo guay. Había conocido un grupo de amigos, los cuales pasarían a formar algo en su vida. Sus padres eran un poco estrictos y no les gustaban esos chicos, aunque sabían que no les po...