Tristeza

1K 24 3
                                    

Hola, como están? Espero que bien, pues se me ocurrió hacer este libro con algunas situaciones de mi vida cotidiana junto con la serie de Robin Hood 😁 ojalá que les guste.

-Marian-
Otra vez me encontraba en la soledad de mi habitación, sentada en el suelo con la cabeza entre las rodillas, las lágrimas caían por mis mejillas y mis manos estaban mojadas tratando de secarlas pero era en vano, siempre que creía que ya lo había superado volvía a pasar, los recuerdos me daban una puñalada por la espalda y me hundía en la tristeza. Mis padres habían muerto hace ya dos años, su ausencia me dolía, me dolía pensar que ya no volverían, pero esa era mi realidad y no podía cambiarla, mis lágrimas cesaron un poco cuando empecé a respirar con dificultad por todo ese tiempo en el que estuve llorando, me puse de pie y me miré en el espejo de mi cuarto, mi cara estaba hinchada y mis ojos rojos, lo único que pude pensar en cuanto vi mi reflejo fue..., como había llegado a esto, de un momento a otro mi vida se estaba derrumbando, ¿como una persona puede estar tan feliz y después estar con el corazón destruido? No lo sé , solo se que tengo que aprender a vivir con esta pena y aprender a esconderla, una princesa no puede estar llorando por los pasillos.

Entre a mi baño y me lavé la cara para que cuando saliera nadie se diera cuenta de lo que me había pasado, me volví a mirar en el espejo y esta vez mi cara estaba un poco más presentable pero mis ojeras no pasaban desapercibidas así que tomé algo de maquillaje para ocultarlas. Sonreí levemente, aunque por dentro estaba hecha pedazos podía perfectamente fingir que estaba bien, a veces me gustaría poder contar con alguien, alguien que me apoyara en estas situaciones, que me hable o que simplemente me escuche y me abrace, esto ni siquiera lo sabe Scarlett, no porque no confíe en ella, si no porque no quisiera darle lastima.

Salí de mi habitación para encaminarme a la guarida ya que con los chicos habíamos acordado juntarnos para pasar una tarde divertida (cosa para la que no tenía mucho ánimo). Caminaba por el bosque escuchando cada sonido haciendo que de alguna extraña manera me relajara, respire profundo cerrando los ojos y cuando los volví a abrir ya me encontraba frente al gran árbol de la guarida, mientras subía las escaleras mi cara se transformó, empecé a sonreír y abrí un poco más mis ojos, por dos simples razones: una, para que mis amigos no me interrogaran con la típica pregunta de "¿estas bien?", y dos, porque no quería arruinarles la diversión.

-Hola chicos- dije al segundo de entrar y encontrarlos hablando y riendo. "Hola" dijeron todos casi al mismo tiempo y recibiéndome con una sonrisa.
-Te estábamos esperando, ¿por que te retrasaste?- Robin me miraba con una sonrisa esperando mi respuesta, recibiendo un "solo tenía algo que hacer" por mi parte. Me senté a un lado de Scarlett para poder participar de la conversación, al cabo de un rato todo lo que había pasado antes parecía estar olvidado, pero dentro de mi empecé a sentir una sensación de preocupación, mi pecho se comprimía y de pronto unas ganas de llorar invadieron mi cuerpo, ante esto tragué grueso para calmarme y empecé a jugar con los dedos de mis manos, luego comencé a respirar de manera algo agitada pero sin borrar la sonrisa que tenía en el rostro, al parecer Robin lo notó ya que me miró y se puso de pie, me tomo de la mano. Ante esto los demás se callaron y le dieron una mirada de confusión.
-Marian, ¿me acompañas a buscar unas cosas?- Él me miro y yo asentí un poco nerviosa, los chicos se miraron y algo confundidos siguieron con su charla.
Robin me llevo a su cuarto, se sentó en su hamaca y me hizo una seña para que yo también me sentara, cuando lo hice él me miró.
-¿Marian estás bien?-
-Si, porque lo dices-
Trate de sonar segura pero mi voz estaba algo débil y mis ojos amenazaban con llorar.
-Sabes que sea lo que sea puedes decirme, pero si no, yo siempre voy a estar para un abrazo-Dijo mientras abría sus brazos, yo la verdad es que eso era lo que más necesitaba en ese momento así que le correspondí, y fue ahí cuando me quebré, los recuerdos de mis padres volvían a inundar mi mente y esta vez ya no pude aguantar las lágrimas, comencé a llorar, me separé de él y me tapé la cara con las dos manos.
-Enserio lo siento, no, no quería que me vieras así-
Dije tratando de secar mis lágrimas.
-Oye, tranquila, no te preocupes por eso ahora-dijo tomándome de las manos -Nunca te avergüences de lo que sientes, yo nunca te juzgaré, puedes contarme todo o no decirme nada lo que tú quieras, pero yo siempre voy a estar para ti- Mi labio inferior temblaba y mis lágrimas rebalsaban mis ojos, lo único que hice fue volver a abrazarlo y él a mi, sintiendo que el mundo desaparecía y que nada más importaba.

Y desde ese momento sentí que poco a poco me alejaba del sufrimiento, gracias a ti.

Robin Hood Aventuras en Sherwood- One Shorts-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora