Sueños

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Una noche estrellada y bonita Robin y Marian se estaban preparando para dormir. El día había sido pesado para ambos y lo único que querían era dormir abrazándose el uno al otro como cada noche, Marian se duchó y se cepilló los dientes, se miraba al espejo buscando en su rostro alguna imperfección o espinilla, "Las mujeres somos tan perfeccionistas a veces" pensó antes de alejarse del espejo y salir del baño.
Robin por el contrario no se duchó, él era el tipo de persona que se bañaba por las mañanas así que solo se lavó la cara y los dientes.

Robin fue quien se arropó primero, mientras esperaba a su novia, se puso a examinar el cuarto con las manos apoyadas en su nuca. El cuarto era acogedor, estaba pintado de un leve color piel y en las paredes tenían colgadas varías fotos de ellos juntos, algunas individuales y otras de familia y amigos.
Finalmente la castaña entró a la habitación con una camiseta blanca con bordes azules y un pantalón de pijamada de corazones del mismo color.
-Como que te tomaste tu tiempo- Robin con un tono de voz divertido le arrojó ese comentario a la vez que sonreía.
-Pues los seguros de las ventanas no se ponen solos- Habló ella también con la misma intención.
Marian se acercó a su lado de la cama y antes de acostarse dejó sus pantuflas a un lado y apagó las luces, se recostó y experimentó una alegría instantánea en cuanto sintió los brazos de Robin rodearle lentamente la cintura para atraerla un poco más a él.
Ambos se acurrucaron y se quedaron así durante un rato en medio de la oscuridad, el único sonido que escuchaban era la respiración del otro.

Marian pasó un largo rato con los ojos cerrados tratando de dormir, pero le costaba trabajo conciliar el sueño a diferencia de Robin, él apenas tocaba la cabeza con la almohada ya estaba roncando, eso a Marian le frustraba, no por el hecho de que su novio roncara como motocicleta que no arranca, si no porque tenía que esperar a veces más de 20 minutos para quedarse dormida por completo.

En medio de su impaciencia comenzó a contar ovejas ¿Que cliché no? Pero bueno, contó 10, 20, 30 y cuando iba por las 40 sentía como el sueño lentamente se apoderaba de ella, sus ojos se entrecerraron a punto de caer en la tierra de los sueños, cuando de la nada sintió un fuerte golpe en la parte baja de la espalda que la trajo de vuelta a la realidad, de inmediato se alejó de Robin y se puso de pie con sus manos en la espalda para frenar un poco el adormecimiento, miró fijamente a Robin, que estaba moviéndose como loco sin despertar.
-Robin-
Ella se hincó sobre la cama y se acercó con cuidado para no recibir otro golpe.
-Despierta, pss, despierta-
Los meneos que ella se daba no funcionaban, Robin seguía sin despertar, así que Marian tomó una almohada y con toda su fuerza le dio un golpe en toda la cara a Robin, este al sentir el impacto se despertó al instante.
-¡Hey! ¿Qué te sucede?-
Exclamó restregándose los ojos algo atontado.
-Te podría preguntar lo mismo ¿Qué diablos te pasa?-
Marian había empezado a reírse por la situación.
-Creo que estaba soñando-
Exclamó mientras se colocaba frente a ella.
-¿Y qué soñaste?-
Marian sabía perfectamente la respuesta a esa pregunta, pero sólo quería confirmar sus sospechas.
-Era un sueño en donde estaba en un partido con los chicos y yo metía el gol ganador-
Alegremente Robin recordó los últimos detalles de su sueño antes de ser despertado.
-A pues sí que lo metiste, me diste una patada en toda la espalda-
Marian se subió un poco la camiseta y se puso de espalda a Robin, donde se podía ver su piel roja y algo hinchada.
-¡Wow! ¿¡Yo te hice eso!?-
Le dijo alarmado al ver lo que le había hecho a su novia.
-Si pero tranquilo, en un rato se me pasa-
Marian se bajó la camiseta y se volvió a meter en la cama, él la imitó pero con la diferencia de que esta vez la envolvió con sus brazos y con su mano libre le acarició la espalda a su novia.
-De verdad lo siento-
Robin le susurró cuando fue a darle un beso en la mejilla.
Cuando estaban así, a Robin le gustaba jugar con el cabello de Marian, le gustaba desenredarle los nudos.
-No te preocupes mi futbolista-
Marian respiró profundo y se quedó dormida, Robin la miró y formó una sonrisa.
Ella sabía que estando con Robin dormiría profundamente en cualquier lugar.

Volví por fin, fueron dos semanas de pruebas estresantes pero bueno, no voy a prometer escribir más seguido porque siempre termino escribiendo cada un mes 🥹 así que a todos los que leyeron esto, en cualquier parte, buenos días, buenas tardes o buenas noches. ❤️

Robin Hood Aventuras en Sherwood- One Shorts-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora