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El pelinegro veía fijamente a sus hermanos y estos los miraban a él.
El hermano mayor de los ꜱᴀᴋᴀᴍᴀᴋɪ esperaba una respuesta; el primero en perder la pacífica discusión fue ᴋᴀɴᴀᴛᴏ, quien fue el primero en decir la razón por la cual le gruñó a la dulce chica.
—...es que ᴛᴇᴅᴅʏ y yo nos pusimos celosos al ver como tratabas a ʏᴜɪ...
El pelinegro sonrió y le acaricio el cabello a ᴋᴀɴᴀᴛᴏ. Le pidió que se fuera a su cuarto y así mismo hizo ᴋᴀɴᴀᴛᴏ.
El mayor volvió a ver a sus hermanos mientras esperaba que alguno admitiera sus pequeños celos, el segundo en caer fue ꜱʜᴜ quien suspiro en señal de "me rindo".
—¡Ay!, ¡de acuerdo! estaba celoso, ¿ya me puedo ir?
—Adelante ꜱʜᴜ.
ꜱʜᴜ se fue y ᴛᴀɪᴋɪ volvió a ver a sus hermanos esperando al siguiente. Pequeña fue su sorpresa al ver como los que sobraban se disculparon juntos. Este los dejo ir y se quedo el solo en la cocina, salió de aquel lugar y se fue a la sala de estar, vio un rincón especifico de la sala y los recuerdos de su primera novia de sacrificio volvieron a su mente.
Aun recuerda la sangre esparcida por el suelo y parte de las paredes, la niña de tan solo 6 años con la barriga abierta y las tripas afuera; un escalofrió recorrió su cuerpo al recordar aquella imagen, subió las escaleras mientras pasaba a un lado de la habitación de su hermanito ᴋᴀɴᴀᴛᴏ.
Se quedo quieto justo en frente de la dichosa puerta que estaba decorada con el nombre de su hermano y tenia varias pegatinas de osos alrededor, la vio una y otra vez hasta que recordó que lo mas probable es que la pequeña novia de sacrificio se encontrará ahí.
Suspiro y entro en la habitación, vio a su hermano sentado en la cama, abrazando a ᴛᴇᴅᴅʏ, ᴋᴀɴᴀᴛᴏ se encontraba viendo hacia el frente, tan fijamente que daba escalofríos.
ᴛᴀɪᴋɪ miró hacia donde estaba mirando su hermano y se encontró con su segunda novia de sacrificio, que parecía una linda muñeca...Y pues, lo era; esa chica fue la primera muñeca que hizo ᴋᴀɴᴀᴛᴏ.
No se asusto, pues más de una vez había visto las muñecas de ᴋᴀɴᴀᴛᴏ, agarró una manta y tapo a la muñeca, se acerco a ᴋᴀɴᴀᴛᴏ y lo abrazo.
—Deja que viva un poco más; te lo ruego, ᴋᴀɴᴀᴛᴏ.
El pelinegro miró fijamente a su hermano, pero este no le respondió, ni siquiera lo miraba.
Cerró con cuidado la puerta de ᴋᴀɴᴀᴛᴏ y fue directamente a la puerta que estaba delante; entro y se encontró a ʟᴀɪᴛᴏ con su sombrero encima de su cara, cerro la puerta cuidadosamente y se acerco al pelirrojo, se sentó en la gran cama y dejó pequeños masajes en su pecho.
