|V E I N T E|

2K 186 74
                                    

CAPITULO 20: Solo el amor...

D A N T E

Me miré al espejo, alisando aún más el saco sin ninguna arruga del único traje que poseía, el cual era de un color beige claro.  Posé frente al espejo, analizando minuciosamente mi reflejo, y después de unos segundos, terminé por dibujar una mueca de lado, en descontento con el resultado frente a mí.

Lucía demasiado formal, y por un momento, el traje me pareció demasiado para la ocasión, así que pensé en quitármelo y ponerme algo mucho más informal, pero luego me lo replanteé. Larissa me había invitado a conocer a sus padres y abuelos durante una comida en uno de los restaurantes más caros de la ciudad. Aquel día era importante, pues Issa planeaba presentarme formalmente como su nuevo novio ante las personas más importantes en su vida, así que al final, terminé por hacer todas mis dudas a un lado y continuar con el plan inicial de vestir elegante para la gran ocasión.

Lo que el amor te hace hacer...

Mientras anudaba mi corbata azul claro alrededor de mi cuello, no pude evitar desear tener el apoyo de Max o Kara durante aquel proceso, me hubiese venido bien tener sus opiniones respecto a mi vestimenta, incluso deseé poder pedirle un par de consejos a Kara para agradarle a los padres de Larissa y a sus abuelos. Pero aún no podía, si todo salía bien durante la comida, entonces no tendría que volver a mentirle a mi mejor amiga.

Di un último vistazo a mi reflejo en el espejo, asegurándome de que todo en mí luciera perfecto, y entonces salí de mi habitación con los nervios a flor de piel.

Sabía que la familia Gallardo podía llegar a ser difícil, por eso era tan importante para mí dar una increíble primera impresión.

—¡Qué guapo! —exclamó mi abuela desde su sitio habitual en el living de la casa, levantándose con algo de dificultad mientras me observaba detalladamente de pies a cabeza.

—La ocasión lo amerita, abue... —respondí con una sonrisa nerviosa.

—¿Y eso? —preguntó con una mirada pícara, la cual me hizo sonrojarme y bajar la mirada, delatándome por completo ante ella—. ¿Acaso estás viendo a una chica y no me lo habías contado, Dante Zuñiga?

Reí ante su falso tono de enfado y rasqué de manera nerviosa mi nuca.

—Te lo contaré todo cuando vuelva —aseguré mientras me acercaba a ella y depositaba un beso en su arrugada frente—. Lo prometo.

La sentí sonreír.

—Más te vale —respondió animada antes de empujarme sutilmente hacia atrás, lejos de ella, pero más cerca de la puerta—. Ahora vete, no querrás hacerla esperar.

Reí y asentí al observarla guiñarme un ojo, me despedí de ella mientras salía de casa rumbo a una florería dónde, con un poco de mis ahorros, compré un pequeño ramo de tulipanes anaranjados, los cuales planeaba dárselos a la madre de Issa en cuanto me la presentara.

Consulté la hora en mi teléfono y apresuré el paso, comenzando prácticamente a correr, una vez noté que se me hacía tarde para llegar puntualmente al restaurante donde Larissa me dijo esperarían por mí.

Disminuí la velocidad de mi trote poco a poco al observar a lo lejos la fachada elegante del restaurante. Tragué saliva para refrescar mi garganta completamente seca antes de comenzar a inhalar y exhalar lentamente un poco de aire, intentando así tranquilizar mi pulso acelerado por el trote y los nervios.

Clavé mi mirada en el suelo mientras caminaba por la acera frente al restaurante, al otro lado de la avenida. Detuve mis pasos en seco y me tensé por completo al notar un cuerpo con una postura demasiado familiar frente a mí. Alcé lentamente la cabeza, con temor, observando a Kara mirarme de brazos cruzados, luciendo molesta, pero más que nada herida.

The Forever IMPERFECTS [#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora