Despertó sin saber qué hora en realidad, todo estaba muy oscuro, se estiró provocando que varios huesos de su espalda sonaran, quiso acomodarse el cabello, pero sería un problema dado que necesitaría un peine para deshacerse de los nudos, descartó la idea rápidamente. Pasó un largo rato esperando, no obstante, no pasó nada, todo parecía tan tranquilo y aburrido que Shi Qing Xuan empezaba a extrañar su vida con sus demás amigos esclavos, sonrió al recordar cuando las demás chicas se peleaban por quién arreglaría su cabello hoy, siempre les gustaba poner flores u otros adornos, ellas lo habían acogido y siempre lo trataron bien, hizo una mueca él sabía que una vez que eras vendido no volvías, como había pasado con la hermana Mei, o la hermana Shiu, o la hermana Qing.
Aunque si lo pensaba con audacia él era una adquisición robada, ya que fue regalado a Lluvia Carmesí, no a He Xuan. Quizás si lograba calmarse un poco, podría pensar con claridad y encontrar una manera de huir de aquí, él ya estaba muy bien pagando su condena en el mundo terrenal, no estaba dispuesto a quedarse aquí con He Xuan, sabía que merecía muchas cosas malas, pero estar aquí con este hombre podría volverlo completamente loco.
La puerta se abrió y entraba He Xuan con una bandeja de comida, la puso en el piso y le dijo –vuelvo en un rato, espero que hayas terminado de comer- salió cerrando la puerta, Shi Qing Xuan se sorprendió, con comer una vez al día para el bastaba.
Al cabo de un rato He Xuan entró y Shi Qing Xuan ya había terminado su comida, He Xuan ni siquiera lo miró le hizo una seña para que lo siguiera, caminaron por los pasillos hasta finalmente llegar a un cuarto que estaba plagado de muchos libros, de todo tipo de tamaños.
-Ordena estos libros por orden alfabéticos- Shi Qing Xuan se ensombreció - ¿Todos? - He Xuan asintió, se dio la vuelta y se sentó en el sofá, Shi Qing Xuan se pasó la mano por el cabello, la frustración era latente no sabía hacía donde empezar y He Xuan habló: - empieza por el primer pabellón de la izquierda.
Shi Qing Xuan, quitaba y ponía, leía los títulos, separaba los dejaba para el final, con otros tuvo que volver al inicio, este tipo en serio era un desordenado pensó, siguió así durante todo el día, sinceramente este trabajo no era para nada cansado, había hecho cosas peores.
Sacaba libro tras libros, algunos eran muy antiguos e interesante, no sabía que a He Xuan podía gustarle estos temas, incluso quiso reír, porque encontró algunas de las historias que hacían los aldeanos sobre las hazañas de los Dioses, unas eran verídicas y otras lógicamente no.
Shi Qing Xuan sacó uno de los libros que estaban al fondo y se quedó de piedra cuando leyó el título, acarició la pasta sobre las letras que decían "El joven que derramó el vino", estaba a punto de ordenar el libro cuando una voz hizo que se sobresaltara -me gusta esa historia- sonó la voz ronca de He Xuan justo tras de él.
El libro cayó al suelo y Shi Qing Xuan se giró bruscamente, He Xuan se agachó y tomó el libro, dio un paso hacia adelante pegando a Shi Qing Xuan contra la pared de los libros. Shi Qing Xuan se encogió y miró hacia abajo.
He Xuan colocó el libro detrás de Shi Qing Xuan y se retiró lentamente, Shi Qing Xuan quiso rodar por el piso, sin embargo, fingió demencia y siguió ordenando los libros.
El día continuó sin ningún contratiempo, y después de un rato He Xuan llamó a Shi Qing Xuan, ahí estaba la bandeja de comida otra vez, Shi Qing Xuan agradeció por la comida y la devoró toda.
La misma rutina se repitió por varios días, y todo parecía ir de forma normal, hasta que un día un invitado no esperado se hizo presente.
-Señor del viento- habló la suave voz de Xie Lian, Shi Qing Xuan se giró muy emocionado –ALTEZA- corrió con mucha emoción hacía Xie Lian y lo estrechó en un fuerte abrazo -Que alegría verle- Xie Lian se alejó para verlo mejor, sorprendentemente Shi Qing Xuan lucia estable, no se lo veía maltratado, o débil, Xie Lian sonrió y le dijo - ¿Cómo la estás pasando? – Shi Qing Xuan ladeó la cabeza –La verdad es que estoy bien, es divertido ordenar estos libros, y tengo comida y donde dormir-
Xie Lian se sintió muy aliviado como si un gran peso abandonara sus hombros, temía que algo malo le hubiera pasado a Shi Qing Xuan, tanto que le había rogado a Hua Cheng por venir al palacio de Aguas negras para poder ver como se encontraba Shi Qing Xuan.
Mientras Xie Lian y Shi Qing Xuan bromeaban y reía, por otro lado, el ambiente no era igual de ameno entre Hua Cheng y He Xuan - ¿Qué planeas hacer con el chico? - dijo Hua Cheng mientras se sentaba en una esquina de la mesa, He Xuan siguió cortando la comida y respondió con simpleza – Aún no lo sé- Hua Cheng tamborileó los dedos sobre la mesa –Mira la verdad no me interesa el señor del viento, pero para tu mala suerte a mi gege si le interesa, de modo que, si mi gege quiere que nos lo llevemos, no dudaré en agarrar al chico y llevármelo-
La mirada de He Xuan levantó la vista y miró fríamente a Hua Cheng, -No te metas en mis asuntos Lluvia Carmesí- Hua Cheng sonrió -Técnicamente, es mi regalo y tú te lo robaste- He Xuan se levantó y tumbó la comida de la mesa –Maldición ni siquiera te importa- Hua Cheng lo miró seriamente –La verdad es que no me gusta meterme en cosas que no me importan, pero si quieres mi opinión deberías dejar de comportarte como un niño que daña su juguete apropósito, y cuando se da cuenta que lo arruinó lo quiere de vuelta, y hace una gran rabieta por eso-
He Xuan salió del lugar y azotando la puerta, caminando hacia la biblioteca, con la misma brusquedad entró a esta, provocando que Xie Lian y Shi Qing Xuan se asustaran –Lo siento Alteza, se acabó la visita- habló sin mirar a Xie Lian y agarró del brazo a Shi Qing Xuan, -vamos- hizo un símbolo extraño en la puerta y se dirigieron a otro lugar.
Shi Qing Xuan vio que estaban en la salida, podía ver el mar y un estremecimiento recorrió por todo su cuerpo, trayendo consigo viejos recuerdos sobre la muerte de su hermano, He Xuan lo llevaba técnicamente arrastras - ¿A dónde vamos? - Shi Qing Xuan miró que hacía el otro lado estaban el calabozo subterráneo, y más recuerdos azotaban su mente.
La cabeza de su hermano rodando por el suelo, esas cosas sucias que se restregaban cerca de él, el olor a humedad, y comenzó a negar la cabeza y poner resistencia. –He- He Xuan, señor Aguas Negras por favor, yo haré lo que sea, pero no me lleves ahí por favor- He Xuan se quedó quieto, ni siquiera él mismo entendía por qué estaban aquí, solo de repente quería ver sufrir a Shi Qing Xuan.
Lo arrastró con más fuerza, sin embargo, el grito desgarrador que pegó Shi Qing Xuan hizo que los cabellos se le pusieran de punta, lo soltó e instantáneamente Shi Qing Xuan cayó de rodillas al suelo, su cuerpo temblaba como gelatina, y lloraba sin parar.
He Xuan se acercó y Shi Qing Xuan gritó del miedo, de repente apareció Xie Lian con un rostro muy contrariado e hizo contacto visual con He Xuan, este le dio la espalda y le dijo- Llévelo adentro por favor alteza- Xie Lian no esperó más y tomó a Shi Qing Xuan en sus brazos.
El recorrido fue un poco borroso, Shi Qing Xuan no recuerda mucho, solo que cuando despertó estaba acostado en un sofá con una manta y su cabello estaba suelto, también traía otro cambio de ropa.
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Tu mirada en mis ojos.
FanfictionLa vida de He Xuan después de su venganza se había convertido en algo tan simple, lo que él no contaba es que un pequeño e inofensivo regalo para Hua Cheng terminaría poniendo nuevamente su mundo de cabeza. ¿Podrá He Xuan lidiar con la presión de te...