~Yo escribo tu nombre~

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"En mis cuadernos escolares, en mi pupitre y en los árboles, en la arena y en la nieve... Yo escribo tu nombre"

Paul Éluard


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- ¿Estás cansada? – Preguntó Awase subiendo las cosas a la camioneta, Momo dejó la bolsa de comida a su lado pero su expresión dejaba en claro cómo se sentía.

- Estoy bien. –

- Venga, te estoy viendo, vete adelante con Setsuna. –

- No quiero dejarte sólo. -

- No pasa nada. – Awase fue y le abrió la puerta del copiloto y Setsuna apareció.

- Aawwww que caballeroso. – Y él casi la asesina con la mirada pero no le dijo nada, sólo soltó una risa sarcástica y nada más; Momo se subió después de ella y el chico cerró la puerta, luego se subió a la caja y se acomodó a un costado; Kaminari arrancó la camioneta después de asegurarse que todo el mundo estuviera arriba y se fueron. Por el rabillo del ojo a Awase le llamó la atención la cabellera negra volando con el viento así que giró el rostro y la vio con la cabeza apoyada en la ventanilla de la puerta; no pudo evitar sonreír al verla de esa manera tan dulce. "Rayos quiero quedarme con ella pero se ve tan cansada" Y él también lo estaba; una vez llegaron a las cabañas todos enfilaron hacia sus habitaciones; Awase ni siquiera se bañó, se tumbó en la cama y se quedó bien dormido, sólo despertó porque le tocaban la puerta. "¿Qué rayos?" Se dijo levantándose y abrió la puerta sin fijarse pues todo estaba oscuro. 

- ¿Quién es...? – Yaomomo estaba en sus narices y casi se le salen los ojos de la cara al verla. - ¿Estoy soñando? – Ella se mordió los labios aguantándose la risa y negó con la cabeza; entonces le ofreció lo que llevaba en las manos. Awase vio una bandeja con un plato con un croissant relleno de pollo y además estaba acompañado con una porción de pasta a las hiervas y una botella de té helado.

- ¡Wow! ¿Y esto? - 

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- ¡Wow! ¿Y esto? - 

- No cenaste nada. –

- ¿Cenar?, ¿Qué hora es? –

- Poco más de las 11. –

- No joda, me quedé dormido, pero por favor pasa. – Se quitó de la puerta y la dejó entrar, entonces se asomó al pasillo para saber si alguien había visto a la chica pero todas las puertas estaban cerradas.

- Cuando no llegaste a cenar me preocupé, Kaminari san me dijo que entraste a tu habitación pero nadie más te vio salir, entonces Kaibara san dijo que seguramente estabas durmiendo. – "¿Se preocupó por mi? ¡Waaaaaaaaaaaah! Que lindaaaaaaa" Aunque le estalló todo por dentro, disimuló su emoción.

- Si, estaba muy cansado, perdona si te hice preocuparte. – Momo se mordió los labios sonrojándose ligeramente y él encendió la luz; la única mesa en la habitación era la mesita de noche así que quitó su teléfono y le quitó la bandeja de las manos para dejarla encima. – Hicieron esto hoy, ¿de quién fue idea? Se ve muy rico, que pena no haber comido con todos. – Dijo mirando el plato, de hecho sintió como su estómago crujió al acercarse y oler el aroma de la pasta.

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