Hermana de Haruno Sakura, a pesar de haber tenido una fuerte relación de pequeñas la envidia y el orgullo logran separarlas y ahora Sayuri debe encontrar su destino con las heridas del pasado que aún no sanan
¿Acaso la pequeña flor de konoha podrá c...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
— No debí hacer eso, sin duda no debí hacer eso — Una vez que volvía a pensar con racionalismo y el enojo cómo la adrenalina se esfumaron, Sayuri se comenzó a repetir mentalmente mientras descansaba en uno de los campos de entrenamiento al cuál iba diariamente
Ya estaba a punto de oscurecer, no sabía cuánto tiempo había estado ahí
Se sentía pésima, no tanto por lo que dijo pues ciertamente no mintió en ningún momento, le desagradaba el hecho de no haber podido controlar sus emociones y ahora después de ese arranque de irá ya no sabía cómo es que volvería a su casa
Si es que volvía
Revolvió su cabello con frustración y dejó su bolsa a su costado para comenzar a golpear los troncos que estaban en aquel lugar
Utilizaba una técnica de la cuál podía jactarse al decir que inventó. Cubría sus puños con capas finas de chakra que a la hora de atacar mandaba cómo ondas expansivas logrando destrozar con más facilidad la corteza del árbol sin siquiera tocarlo
Era una versión de lo que había leído sobre las cuchillas de chakra que utilizaban los ninja médico. El problema es que si no mantenía un control lo suficiente perfecto la onda no se delimitabaal objetivo, se regresaba haciendo un choqué y la enviaba varios metros hacia atrás. Justo lo que ahora había pasado
Cayó acostada al suelo pero no demostró intenciones de pararse. Quería llorar, realmente quería pero se repetía que no debía. Era una futura kunoichi, no debía dejarse afectar por cosas cómo estás, no podía
Aquel hermoso peinado que Shikamaru le había hecho y el cuál lució orgullosa en el medio día era un horrible desastre. Soltó un suspiro antes de quitar el listón terminando de liberar su cabello. Tomó el listón que tanto le encantó y se lo ató a la muñeca
Y el verlo fue lo único que faltaba para acabar con su determinación de no llorar más
Se sentía débil al no poder controlar aquella emoción que la hostigaba. Cada lágrima que derramaba era calida a comparación de él frío viento que había. Sus ojos ardían de tanto tallarlos
Y entonces escuchó la voz de una persona inesperada
— ¿Ni si quiera en tu cumpleaños puedes dejar de ser una llorona cierto?, Haruno
Giró alejando sus manos de su rostro dejando el inútil intento de parar sus lágrimas y lo observó ahí en cuclillas a su costado