Prologo

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La fría noche caía en aquel 14 de agosto del 2008, en aquella fría sala de parto de aquel viejo hospital. Como si de un pequeño ángel se tratase, un rayo de luz y esperanza que llamo la atención de todos los presentes en aquel lugar. Por fin, una pequeña niña de tez morena había llegado a este mundo.

- Quiero verla, por favor, quiero verla-... -susurro una débil Camila, quien al escuchar los llantos de su bebé no evito sonreír con las pocas fuerzas que le quedaban, era difícil el solo mantener los ojos abiertos, pero no quería cerrarlos sin antes ver a su hija.

Los enfermeros rápidamente cubrieron a la recién nacida en unas mantas y se la acercaron a Camila, quien abrazo a su pequeña entre sus temblorosos brazos.

- ¡¿Cómo que no hay nada que puedan hacer!? -Tomo violentamente a uno de los enfermeros del cuello de su camisa y lo levanto lentamente, no podía creer en lo que le dijeron, se negaba a aceptarlo.

- ¡El parto se complicó demasiado, no podíamos hacer nada! -Grito, casi suplicando por su vida el enfermero que trataba de liberarse del agarre de una joven y desesperada Edalyn.

La mencionada se enfureció todavía más al escuchar esa respuesta, las lagrimas no dejaban de salir de sus irritados ojos, la voz cada vez se le quebraba más y el dolor punzante en su pecho solo empeoraba las cosas. Se negaba a aceptarlo, no después de lo que vivió junto a Camila, no pensaba aceptar la idea de que ella la dejaría sola y peor aún, con una pequeña que no tenia la culpa de nada.

- Edalyn-...-Camila por fin hablo.

Interrumpiendo el alboroto que estaba armando su amiga, ya no le quedaba mucho y ella lo sabía. Estaba usando sus últimas energías, también estaba llorando, el solo pensar que no podría acompañar a su hija en los momentos más importantes de su vida, le partía el corazón. Aunque tenia un leve rayo de esperanza en Eda, y el solo hecho de saber que su querida hija nació sana y salva, hacían que por lo menos se tranquilizara un poco.

- ¡CAMILA! -Rápidamente soltó al pobre enfermero y corrió hasta donde estaba echada su amiga, verla de esa forma, tan deplorable. Esa seria la imagen que la atormentaría en los próximos años. - Vas a estar bien, van a estar bien, lo prometo-...

Eso ultimo lo dijo mirando a la pequeña bebé que estaba llorando aún más fuerte al sentir como el calor corporal que le brindaba su mamá se iba apagando poco a poco. Por su parte, la madre sonrió débilmente, tratando de articular sus ultimas palabras para su amiga.

- P-Prometeme que la cuidaras, por favor. - Levanto con mucho esfuerzo su mano y acaricio la suave mejilla de su amiga, siquiera morirá viendo a la persona que amaba.

- No seas tonta, debes de quedarte con nosotras. Lo prometimos ¡Camila, lo prometimos! - Entrelazo sus dedos con los de la moribunda morena, sintiendo como estaban fríos, ya era demasiado tarde.

Media noche, lo único que se podía escuchar en aquella sala eran los llantos desesperados de la recién nacida. Cada vez más intensos, como si supiera en cierta forma lo que estaba pasando en ese momento. Al ver como Camila cerro los ojos, Eda sabía que la mujer había partido de este mundo. Era casi mediodía, mientras que Edalyn caminaba por los fríos callejones de la ciudad, llevando entre sus brazos a una pequeña que dormía tranquilamente, luego de caminar unos minutos llego a su destino. Hogar dulce hogar, así lo llamo Camila la primera vez que ambas vieron aquella pequeña casa, y que con gran esfuerzo lograron construir entre ambas.

- Bien niña, este será nuestro nuevo hogar, y te prometo que nadie ni nada te lastimará estando aquí ¿Lista para tu nueva vida? - Dijo, mientras entraba en la casa y eran recibidas por un pequeño cachorro. King, quien rápidamente se abalanzó contra la mujer y se desespero al no ver a Camila junto a ella, después de todo no habría quien lo conciente tanto como ella lo hacía.

 King, quien rápidamente se abalanzó contra la mujer y se desespero al no ver a Camila junto a ella, después de todo no habría quien lo conciente tanto como ella lo hacía

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Esa misma noche del 14 de agosto, al otro lado de la ciudad, exactamente en uno de los mejores hospitales del país. En una de las tantas salas de parto del edificio. Una pequeña bebé llego a la vida, casi al instante comenzó a llorar con mucha intensidad, todos los presentes estaban muy felices, después de todo habría un nuevo miembro en la prestigiosa familia Blight.

- Felicidades señora Odalia, es una linda y muy sana niña. - Fue lo que dijo la enfermera que tenia en brazos aún a la pequeña bebé que había de dejado de llorar, ahora solo se limitaba a soltar leves sollozos.

- Tengo un fuerte presentimiento, que a esta pequeña le depara un gran futuro. -Susurro Alador, quien estaba sentado al lado de su esposa y acariciaba las mejillas de su pequeña hija.

- Justamente por eso, debemos de educarla de forma correcta y estricta.

No quería que la recién nacida termine siendo como sus hermanos mayores, los quería, pero no los soportaba en lo absoluto. Tenia la fé de que la pequeña sea más educada y refinada, y así pueda sacar en alto el apellido Blight. A la mañana siguiente por fin lograron salir del hospital debido a que Odalia debía reposar lo suficiente luego de gran esfuerzo en la labor de parto, luego de una hora llegaron a su residencia en una de las zonas más exclusivas de la zona.

- Parece que Amity aún esta agotada, espero Edric y Emira no la molesten mucho, aunque ya me los imagino de aquí a unos años. - El señor Blight no evito soltar unas cuantas risas al imaginar a sus hijos jugando y destrozando la sala, abrió lentamente la puerta y dejo pasar a su amada e hija.

- Lo dudo mucho, nuestra pequeña será una señorita educada y refinada, como un verdadero Blight. -Ella misma se encargaría de aquí así sea, no importa lo que tenga que hacer para lograrlo.

- Lo que tu digas, amada mía.

Dos mundos distintos, separadas por el que dirán, pero unidas por los sentimientos que sienten la una por la otra. Ambas son conscientes de que esto esta mal, y justamente creen que eso es su gran pecado.

Hace tiempo que no hago esto, nunca pense que regresaria, pero aqui me tienen

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Hace tiempo que no hago esto, nunca pense que regresaria, pero aqui me tienen.

Espero mucho que disfruten este pequeño prologo, sinceramente no se que decir ahora mismo. Asi que, como es mi costumbre.

Eso es todo de mi parte, adios.

Soy tu pecado (Lumity?)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora