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—¿Alguien tomó prestada mi almohada? — dijo Imani recorriendo la habitación con la mirada.

Sonreí.

—¿Es tuya? — levanté la almohada que Eve me dio para que Imani pudiera echarle un vistazo.

Ella asintió y escuché a Eve riéndose detrás de mí. Sabía que no tenía buenas intenciones, lo leí en sus ojos.

—¿Eve te lo dio? — preguntó Imani sabiendo ya la respuesta.

Sonreí y asentí. Ella no dijo nada. Solo le dio una mirada de muerte a Eve.

Sita habló.

—¿Quieren que traiga más dulces? ¿O algo de beber? — Dije que no.

— Tengo aquí — Rina levantó un vaso de plástico de esos que estuvimos bebiendo en la fiesta, lleno de dulces.

La miramos y nos reímos.

—Traje un poco de jugo de naranja — Eve nos mostró la botella al resto de nosotras.

—Claro que sí — dijo Imani asintiendo en negación.

—¿Lo agarraste de la nevera? — pregunté.

—No, ¿quién te crees que soy? La abuela de Sita me lo dio antes de subir. Dijo que estaban a punto de empezar una partida de póquer en el comedor y que no querían niños cerca.

Asentí.

Cada una eligió un lugar para dormir. Rina, Sita y yo en la cama, e Imani con Eve en un colchón en el suelo.

—Estaba pensando... —habló Sita, todas escuchamos —¿Tendremos tiempo para pasar el rato cuando comience la universidad? — se podía escuchar la duda en su voz.

—¿De dónde salió esto? — Preguntó Rina mirándola detenidamente.

—No sé... O sea, mi hermana me dijo que en la universidad tomó distancia con sus amigas... Y yo, sinceramente... Odio la idea de que nos pase eso. No tener tiempo para estar juntas. Hemos tenido este grupo de amigas por un corto período de tiempo y me encanta. Solo quiero asegurarme de que permanezcamos juntas por un tiempo.

Ella estaba realmente preocupada y eso hizo que mi corazón se encogiera de nostalgia al recordar a mis amigos en casa.

—No pienses así, Sita — le agarré la mano— La universidad no es el final de la vida, vamos a tener tiempo. Algunas compartimos clases, podemos almorzar. Salir. Esto es solo el comienzo, tendrás que matarnos para ver el final.

Las chicas asintieron.

Espero haber calmado sus nervios, no parecía tan ansiosa como hace un minuto. Pero nunca se sabe lo que está pasando dentro de la mente de las personas. Acaricio su brazo y Rina su pierna.

Eve encendió la televisión y nos quedamos en silencio mirando Matilda.

La ansiedad es una verdadera mierda. Qué aterrador y desconocido se siente todo por eso. Sita no dice tonterías. Lo que ella dice puede suceder, pero no sucederá. Apenas estamos comenzando esta amistad.

Lo pensé por un tiempo, la universidad no es como la escuela secundaria, exige tiempo y energía, pero si amas a tus amigos, haces que funcione.

Estaba viendo la película mientras pensaba, lo que significa que no le presté atención.

Cuando finalmente presté atención, la película estaba a medio comenzar y las chicas estaban dormidas. Me levanté de la cama y con cuidado caminé hacia Eve para tomar el control remoto y apagarlo. No pude verlo.

Levanté la manta y vi las manos de Imani e Eve juntas. Sonreí. Vi el control remoto debajo de Imani, lo tomé con cuidado y apagué el televisor después de que los cubrí con la manta nuevamente.

Londres; Kit ConnorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora