ocho

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—Buenos días! —habló Mónica cruzando la puerta de mi habitación.

Se acercó a la ventana y corrió las cortinas dejando paso a la luz del sol mientras yo apoyaba mis codos en la cama.

—Buenos días —respondí

—El desayuno ya está en la mesa, yo los llevaré a la escuela. Salimos a las siete y cuarenta y cinco.

Asentí en silencio mirando el siete en el reloj de mi teléfono y entré al baño a darme una ducha rápida para prepararme para el día.

Me puse unos jeans claros, una camiseta negra y mis Vans.

No estoy conciente de la cantidad de veces que preparé mi bolso para la universidad, quizá unas doce.

No quería olvidar nada.

Me maquillé y recogí mi cabello a medias. Perfume y una respiración profunda frente al espejo y ya estaba lista en treinta minutos.

Bajé a la cocina, dejé mi mochila sobre el sofá junto a las de los niños y me senté a desayunar junto a ellos.

Tomé un vaso de jugo de naranja y comí una tostada con queso mientras revisaba los mensajes de mis amigas.

—Papá —habló Franny.

—¿Qué ocurre, cariño?

—Hoy salimos antes del almuerzo.

—Los recoge su madre, yo llego más tarde. Julie, ¿a qué hora sales tu? —Paul se dirigió a mi.

—Mi última clase es a las 4:30 así que creería que pasadas las 5.

—Yo paso por ti, ¿si?

Asentí mordiendo mi tostada.

Maggie corría por la casa buscando el moño para decorar su uniforme. Reí al recordar a Mon decirle que lo dejara junto a sus zapatos porque, al contrario, lo perdería.

Las madres suelen, casi siempre, tener la razón.

Los hermanos mayores desayunaban, y Paul metía lo usado en el desayuno dentro del lavavajillas.

—¡Al auto! —se escuchó de alguno de los dos padres y buscamos nuestras mochilas para correr a la puerta, el que ganara iría de copiloto.

—Maldito Lucas...

—¡Francesca! —regañó Mónica mientras ayudaba a la más pequeña con su asiento.

—¡Lo siento, mamá!

Reí. Nunca me aburría con estos niños.

Lucas subió al asiento delantero, mientras Fran, Maggie y yo en la parte de atrás.

—Si vas a ir adelante, Lucas, por lo menos déjame poner música a mi.

—No peleen o Juli se sienta adelante —dijo Mon guiñándome un ojo mientras terminaba con Maggie—.

Él lo pensó mientras la miraba sobre su hombro.

Realmente lo pensó.

—Okey, hazlo — habló el hermano del medio y le pasó el cable aux a Fran.

Subió Mon y, mientras la hermana mayor buscaba la canción correcta, emprendimos camino hacia nuestro primer día escolar.

Me hormigueaban las piernas e innecesariamente revisaba mi teléfono una y otra vez.

¿Para qué? No tenía idea.

Pride de Kendrick Lamar comenzó a sonar de fondo y Fran me miraba buscando aprobación de mi parte.

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⏰ Última actualización: Nov 05, 2023 ⏰

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Londres; Kit ConnorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora