Perdiendo el control

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No sabía que responder a lo que acaba de decir

Mucho menos al tono que utilizo al decirlo y lo que eso me había provocado

Así que le hice caso a la voz en mi cabeza. Voltee disimuladamente al frente y quede en silencio por un momento. Pero el silencio era peor así que coloque música. En la lista de reproducción vi que tenía Nothing Else Matters de metallica presione reproducir y subí el volumen. Comencé a cantar en voz baja. Sentía su mirada sobre mí y eso me ponía nerviosa

- Puedes dejar de mirarme como un psicópata -dije mientras bajaba el volumen de la música – ¡Oh! se me olvidaba que ya eres eso porque meter a chicas a la fuerza en autos es lo que hacen

- Primero no meto a chicas en mi auto a la fuerza, tu eres la primera en realidad – el tono presumido en su voz me hizo poner los en blanco

- Claro porque me imagino que cuando las chicas te ven se tiran adentro del auto – mierda no había dicho eso en voz alta verdad

- Podría decirse – sonrió y vi los miserables hoyuelos – ¿Porque le dices bruja a meredith?

- Porque lo es - me di la vuelta en el asiento quedando frente a el – siempre me detesto aun antes de conocerme – recordé mi primer día de universidad apenas me vio fue a reclamar al decano que los becados no se deben mezclarse con personas como ellos – luego todo empeoro cuando...

No lo iba a recordar otra vez

Él estaba en el olvido

El comprendió que no quería terminar mis palabras así que hablo

- Mientras mi mejor amigo estaba en su cama dormido me coqueteaba a mí – a lo que negué y reí

- Típico de ella debes ser igual de importante que tu amigo- a lo que el frunció el ceño - porque Meredith Blair no va en decadencia

- Lo pude notar – ya habíamos llegado y se había estacionado en el gimnasio- ¿Sabes el chiste de todo esto? Que ella piensa que tiene alguna oportunidad con Arthur o conmigo – lo decía como si fuera la cosa más absurda

- ¡Yo sigo pensando que ojala termine de embrujar a alguien para que se case y se largue! – agarre mi bolso y note que en el gimnasio habían bastante personas. Definitivamente no era mi día. – Vino a mi departamento en la tarde diciéndome que me alejara de ti

- ¿De verdad? – a lo que yo asentí y el negó con una sonrisa

- Te lo digo está loca- el asintió

- ¿Que le dijiste? – pregunto recostándose en el asiento

- Que ahora si se le habían freído las pocas neuronas que tenía – puse los ojos en blanco y el río – Que solo te hice un favor y que ni siquiera te conocía – trate de bajar del auto

Pero él no quito el seguro

- ¿Que vas a hacer esta noche Elizabeth? – pensé que había escuchado mal así que voltee y fruncí el ceño

- Dormir supongo – el me señalo el control de seguro del auto y yo trate de quitárselo

Como era obvio falle en mi intento

- No abriré hasta que me aceptes una salida esta noche – yo negué muchas veces

- ¡No! – lo dije más alto de que quería - ¡Tengo muchas cosas que hacer! – el sonrió y se colocó cómodo en el auto

- Entonces nos quedaremos aquí por un buen rato – mi cara debía reflejar la incredulidad a esas palabras

Ponía notar su cabello rubio perfectamente peinado. Esos ojos verdes que me miraban de manera juguetona

Bad GirlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora