Kit había encontrado en ella todo lo que jamás supo que necesitaba, era su hogar, su lugar seguro, era el amor de su vida. Lamentablemente no todo cuento de hadas tiene un final feliz.
- El sonido de la lluvia me hace sentir seguro... Siempre me re...
- ¿Qué estás haciendo - le regañó la joven al ver cómo su novio metía el dedo en el bowl con mezcla de brownie de chocolate
- ¿Por qué me regañas mamá? - preguntó - No estoy haciendo nada malo - se defendió y volvió a meter la mano en la mezcla, Leah quien tenía las manos llenas de mantequilla le quitó el bowl - ¡No seas envidiosa! - hizo mala cara
- No estoy siendo envidiosa, ¿Qué tal si te da salmonella? No voy a cuidarte si te enfermas por tú culpa - le dijo remarcando el "tú culpa"
- ¿Qué tu tortuga no se murió de salmonella? - preguntó recordando a su tortuga de nombre "Flash"
- No amor, las tortugas solo la transmiten pero a ellos no les afecta... Creo, mi tortuga murió porque se arrojó desde la pecera y como estaba un poco alta la altura la mató - este asintió recordando
- Pobrecita - comentó e hizo una mueca - ¿Pero entonces no vas a cuidarme si me da salmonelosis? - cuestionó de nuevo parándose junto a ella quien continuaba embarrando de mantequilla un refractario de vidrio para que la mezcla no se pegara
- Si eres desobediente no - respondió y este la empujó levemente
- Eres más mandona que mi mamá - admitió - No deberías ser tan dura conmigo Leah... Soy un buen chico -
- Si lo eres, por eso no quiero que te enfermes, además cuando te enfermas siempre te pones muy mal, tan solo te resfrias y ya parece que te arroyó un camión - el asintió
- Bien, creo que tienes razón... Voy a hacerte caso - le dijo y besó su cabeza
- Gracias amor, que dulce eres - le sonrió divertida
- Ya que no me dejas ayudar con la mezcla, ¿En qué puedo ayudar? - preguntó, le encantaba la cocina y más si cocinaba con Leah, ella hacía de todo mejor
- Mmm.. Ya puedes poner la mezcla en el molde, el horno ya está caliente, después de eso solo queda esperar - el asintió y vacío la mezcla chocolatosa en el refractario, se colocó los guantes para abrir el horno y lo metió, se sacó los guantes y colocó el cronómetro del reloj - Listo amor mío, cuarenta y cinco minutos - le dijo, Leah se lavó las manos y sonrió
- Vayamos a la sala a ver la tele, ¿Te parece? - Kit asintió - Podemos ver una película de terror - sugirió
- ¿Te has dado cuenta que siempre que estoy por irme a grabar quieres ver películas de terror? - comentó el pelirrojo una vez que se encontraban sentados en el sofá de la casa
