Kit había encontrado en ella todo lo que jamás supo que necesitaba, era su hogar, su lugar seguro, era el amor de su vida. Lamentablemente no todo cuento de hadas tiene un final feliz.
- El sonido de la lluvia me hace sentir seguro... Siempre me re...
Tras esa llamada que sin duda alguna había marcado un antes y un después en la vida de Kit, el joven tomó el primer tren a casa después de haber hablado con el equipo detrás de Heartstopper y emprendió su camino a casa, aquellas tres horas le parecieron una eternidad, apenas y podía pensar con claridad sentía como si le estuvieran arrebatado una parte de su vida sentía como si ya la hubiese perdido para siempre, era demasiada información para procesar y la forma en la que se había enterado había sido horrenda y aterradora, todo había sucedido demasiado rápido, se sentía casi un ataque violento en su contra como si toda la situación fuera una pesadilla de la cual no podía despertar.
Su madre se encontraba junto a él sosteniendo su mano en el taxi de camino al hospital, la mujer no podía siquiera imaginar el dolor por el que el chico estaba pasando y peor aún Leah.
Cuando el taxi llegó al hospital corrió con desesperación a la sala de urgencias en donde a la distancia pudo ver a la familia Evans, donde la madre de la joven sostenía la mano de su esposo y sus otros hijos miraban a la nada, cuando Laura sintió la mirada de alguien sobre ella miró hacia la puerta de la sala de emergencia encontrándose con un joven con el cabello despeinado, respiración agitada y los ojos rojos de tanto llorar y detrás de él apareció su madre quien intentaba recuperar la respiración. La mujer se levantó de la silla y se acercó a él, lo tomó por los hombros y lo abrazó con fuerza, el joven comenzó a llorar desconsoladamente, estaba destrozado al igual que quienes esperaban afuera de la habitación.
- Gracias por venir cielo - le dijo la mujer acariciando su mejilla - El doctor ha dicho que está estable, la cirugía salió bien y ahora está descansando un rato - le informó
- Debí haber sabido que algo malo estaba pasando... Tenía el presentimiento pero lo ignoré - se culpó cubriéndose el rostro con las manos
- Lamento que no te lo hayamos dicho, pero ella no quería que dejaras tu trabajo - le dijo secándose las lágrimas - No es culpa tuya Kit, ahora estás aquí - el asintió
- No la dejaré sola nunca más, lo juro - prometió a su madre quien apretó los ojos con fuerza
- Tienes que saber que no es la misma de antes, es más callada y físicamente también ha cambiado, es diferente... Es difícil para ella lidiar con todo eso, esa es una de las razones por las que no quería que lo supieras, le da vergüenza - el no podía siquiera imaginar como ella podía avergonzarse de su apariencia, no necesitaba verla para saber que se veía hermosa
