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Lucas inhala profundo y exhala largo intentando expulsar toda la ansiedad que está llenando su cuerpo y que hace que le suden las manos y el corazón le martillee con fuerza contra el pecho. El impulso de salir corriendo está tomando fuerza dentro de su mente. Sus ojos viajan a la entrada, al conjunto de letras que conforman esa palabra: Archfield. Se dice que puede entrar, que puede pasar ese arco y que todo estará bien, que solo está ahí para apoyar a Carlos en su conferencia y que a nadie le importa quién es él, pero esa voz en su cabeza no deja de repetirle que todos lo sabrán, que todos van a verlo y a señalarlo y hablaran a sus espaldas sobre todo lo que sucedió.

Las piernas le tiemblan conforme camina hacia las escaleras principales e inconscientemente mira de forma parcial el estacionamiento. Los recuerdos comienzan ahí, en todas las veces que entró a ese mismo lugar años atrás y se encontró con la poderosa moto dorada aparcada a un lado, en donde Tyler se recargaba para esperarlo cada mañana.

No se detiene, no puede hacerlo. Si se detiene entonces perderá el poco valor que ha reunido y saldrá corriendo de ahí. Y se lo debe a Carlos. Necesita estar ahí para que lo mire cuando se gire hacia el público porque Lucas está en deuda con él. Porque Carlos fue el único que estuvo ahí para recoger los pedazos que volvieron de New York y lo abrazó con cariño el tiempo que fue necesario hasta que logró salir adelante. Lo escuchó repetir las mismas palabras una y otra vez mientras se ahogaba en alcohol porque era la única salida que Lucas encontraba al dolor que lo destrozaba.
No solo había perdido a Tyler, no solo había terminado con la mejor relación de su vida. No solo había abandonado un lugar que llamó hogar durante tantos años, sino que, también, había dejado atrás su más grande sueño. El sueño al que se había aferrado desde que tenía memoria. Había sido diferente, en realidad, a lo que él soñó siempre.

- ¡Hormiguita! -la mirada de Carlos se ilumina en cuanto Lucas atraviesa el pasillo de los casilleros. El rubio camina apresurado hacia él extendiendo los brazos.

-Hey-Lucas esboza una sonrisa torcida, pero corresponde el abrazo que recibe.

-Pensé que no vendrías.

-No iba a perdérmelo por nada-responde con voz temblorosa.

Carlos no se queda con él mucho tiempo porque tiene que hacer pruebas de sonido y de más cosas así que se despide y, acompañado de una caravana de gente, se pierde por el pasillo dejando a Lucas de pie sin saber qué hacer. El castaño mira alrededor y sus ojos se posan de manera automática en su viejo casillero. Es un poco difícil encontrarlo porque han sido pintados y modificados parcialmente, pero cuando Lucas se coloca frente a él, todo se siente familiar. Casi puede escuchar su voz a sus espaldas diciendo algún comentario que lo haría sonreír. Recuerda el cosquilleo, los escalofríos que le recorrían la espalda al escuchar su voz. Mira su anillo sin dudar. Nunca se lo quitó porque era una promesa que habían hecho incluso antes de saberlo. Tyler se lo había regalado en ese mismo lugar, escondido en su casillero y desde entonces Lucas siempre lo tenía puesto.
Es el recordatorio de todas las promesas que no pudo cumplir.

La conferencia es espectacular. Carlos se mueve por el escenario con la confianza de un artista. Su voz es firme, los movimientos de sus manos son fluidos y tranquilos. Hay más de una chica suspirando por él y Lucas no puede evitar sonreír porque si bien su amigo encontró las maravillas de la bisexualidad, no ha tenido una pareja estable en todos esos años. Incluso el mismo Carlos bromea siempre diciendo que Lucas roba tanto de su tiempo que es su único amor verdadero. Eso hace que el mariscal se sienta culpable algunas veces. Es un desastre que no ha podido encontrar el camino correcto incluso en tantos años y eso impide que Carlos pueda seguir adelante.

Cuando la conferencia termina al igual que los estridentes aplausos, Carlos recibe un reconocimiento. Un cuadro de madera oscura con su nombre escrito en cursivas debajo del nombre de la universidad. Lucas se pone de pie cuando el resto de la gente lo hace y levanta los pulgares cuando Carlos lo mira.

Tiempo Fuera [Secuela Medio Tiempo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora