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El taxi se detiene en la orilla de la calle, frente a la lujosa y amplia casa adornada. La música pop resuena muy alto a través de las bocinas y hay adolescentes esparcidos por la entrada principal y el resto de la casa. Lucas no hace mucho contacto visual con ninguna persona mientras camina hacia el interior, rumbo al jardín trasero donde hay un asador y más jóvenes rodeando las mesas, ellos ríen y platican ajenos a su presencia, lo que el mariscal de verdad agradece.

-¡Lucas! -Allison corre hacia él tan pronto lo ve y se aferra a su torso con fuerza, haciéndolo reír.

-Feliz cumpleaños, Ali -Navarro le acaricia el cabello con gentileza y le entrega una caja envuelta en papel dorado que ella lleva hasta una mesa rectangular-. ¿Dónde está Tyler?

-Creo que en la cocina -Allison le sonríe de nuevo antes de irse hacia el jardín.

El mariscal ya siente que el corazón le palpita muy rápido conforme se acerca al lugar y se asoma hacia adentro. En efecto, ahí está Rivera buscando algo en los estantes superiores y Navarro tiene una perfecta vista de su espalda ancha cuyos músculos se marcan en una playera gris oscuro. Lucas mira hacia alrededor asegurándose de que no haya nadie más y entra con pasos suaves.

-Hola.

-Ey, dulzura -Tyler mira también hacia la entrada para corroborar que nadie pueda escucharlos. Ambos se acercan detrás de la barra de la cocina-. Te dije que podía ir por ti al aeropuerto.

-¿Y perderme la oportunidad de verte de espaldas? No, señor.

Rivera le sonríe regalándole una preciosa vista de esos dos hoyuelos en sus mejillas, después lanza otra mirada fugaz a la entrada y toma su mano, entrelazando sus dedos.

-Te eché de menos.

-Yo también a ti.

-¿Te quedarás conmigo hoy? -Navarro finge pensarlo antes de responder.

-No lo sé, quizá tenga que llamar a mi amante para cancelar -Tyler exhala sin apartar esa mirada que le advierte que ojalá esté bromeando y Lucas se ríe alto.

-Tal vez esta noche tenga que sacarte esas ideas de la cabeza -dice Rivera y se inclina para apretar el trasero de Navarro robándole un inevitable gemido bajo.

-Bruto -murmura él con el rostro enrojecido.

-¿Tyler? -ambos retroceden dos pasos antes de que la señora Rivera entre a la cocina- Oh, Lucas. No te había visto.

-Eh, sí. Acabo de llegar, en realidad- se aclara la garganta-, solo estaba... saludando a Tyler.

-Bueno, me alegra mucho que pudieras venir hoy -dice ella con una sonrisa tierna y sincera-. Tyler, necesitamos más hielo. ¿Podrías ir a comprar un poco?

-Claro, ma -ambos esperan a que ella se vaya para volver a acercarse-. ¿Quieres venir conmigo?

-Dios, sí -responde casi de inmediato, aterrado ante la idea de quedarse solo en una fiesta donde no conoce prácticamente a nadie.

El supermercado queda a diez minutos de su casa, pero gracias a una parada necesaria en una calle poco concurrida, para una sesión de besos y caricias, regresan a la fiesta casi media hora después. Tyler hace todo lo posible por no dejarlo solo, aunque al final tiene que hacerlo debido a inconvenientes en la fiesta y Lucas se acomoda en una banca apartada en el jardín con un vaso de refresco del que toma sorbos pequeños de vez en cuando. Unos minutos después, Allison se sienta a su lado y por un momento, Navarro no puede creer que ella esté creciendo tan rápido cuando él aún la recuerda bajando las escaleras para mostrarle sus muñecas.

Tiempo Fuera [Secuela Medio Tiempo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora