3.2

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- ¿Se quedaron con Rivera? Vaya, así que pasamos de odiarlo a tener un trío con él ¿Eh? Bien, Lucas- Seth levanta las cejas con una sonrisa pícara.

- ¡No tuvimos un trío! -exclama el mariscal quizá con más volumen del necesario y se arrepiente cuando algunos de sus jugadores se vuelven hacia ellos, con ojos abiertos.

-Wow, bueno, ahora todos lo saben- dice Sam. Los jugadores desvían la mirada uno a uno, concentrándose de nuevo en su entrenamiento.

-Tal vez debí quedarme con ustedes después de todo- inicia Mateo, limpiando su casco- no es que me interese tener sexo con ustedes, pero debió ser interesante. ¿Samuel y Tyler lucharon por ti? ¿Cómo funcionan los tríos? ¿Se turnan uno por uno?

-Oh, dios- Navarro se cubre el rostro con las manos cuando Seth estalla en una carcajada que vuelve a llamar la atención.

- ¡Dejen de perder el tiempo! ¡A entrenar!

No les queda más que obedecer al entrenador. Es un día complicado para Lucas porque Mateo no deja de preguntar sobre los tríos con total naturalidad sin importarle que alguien pueda escucharlo. Pareces ser de los que recibe, así que debes tener cuidado. Leí en un artículo que no debes tener sexo gay más de tres veces a la semana. Espera, si estuviste con dos el mismo día ¿cuenta como una vez o dos?

Así que Lucas abandona la práctica esa tarde con un terrible dolor de cabeza que invade parte de su ojo derecho. Y es que no importó cuántas veces le repitió que nada de eso sucedió, Mateo no parecía interesado en nada más. Navarro no quiere darle muchas vueltas al asunto porque no sabe cómo sentirse al respecto. Esa noche en el departamento de Tyler había sido una de las mejores de su vida. No solo por ese par que parecía complementar sus locuras, sino por ellos. Por como se sentía todo alrededor de Tyler, como antes. Era cálido y agradable y le recordaba las razones por las que se enamoró de ese neandertal.
Y eso es confuso. Lo hace desear más, hace que quiera volver a intentarlo, aunque en la fiesta de Allison el 46 le dejó más que claro que eso no pasará.

Cuando regresa a casa lo recibe el maravilloso aroma a mantequilla y especias que provoca que se la boca se le vuelva agua.

- ¿Mamá?

-Lucas, cariño. Ven aquí- Marley le extiende los brazos desde la cocina y el mariscal ni siquiera duda para soltar la mochila y recorrer esa distancia para abrazarla.

- ¿Qué haces aquí? Pensé que tenías un seminario.

- ¿Esa es la forma de saludar a tu madre, Lucas? -él se ríe cuando ella lo despeina.

-Pudiste decirme que vendrías, había faltado a la práctica.

-Oh no, está bien. Me diste suficiente tiempo para cocinarte algo. Anda, siéntate.

Navarro se acomoda junto a la barra frente a ella y la mira mientras sirve comida en los platos. No recuerda cuándo fue la última vez que Marley lo visitó de forma espontánea y es maravilloso cómo todo mejora con ella ahí.
Comen mientras platican sobre todos los eventos recientes, de los abogados con los que Marley tiene que trabajar todos los días, de los partidos y las jugadas de Lucas. El mariscal recuerda todas las veces que hacían lo mismo, cuando era más joven. Ellos dos juntos, cenando, charlando, riendo. Resulta aterradora la forma en que el tiempo pasa. Y extrañar es inútil, pero inevitable. Quién no ha extrañado el día en que lo tuvo todo antes de no tener nada. A veces Lucas se pregunta qué está haciendo. Es como correr un maratón donde nunca descansas porque el tiempo no para. Correr hacia ningún lugar, así se siente vivir.

-Me gusta tu apartamento- dice ella cuando se asoma a su habitación. Lucas, sentado en la cama levanta el rostro de la tableta con jugadas y le sonríe.

Tiempo Fuera [Secuela Medio Tiempo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora