CAP 4: ¿DEFINE FELICIDAD?

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POV(CONNOR)


Vivir así es un infierno, ¿por qué me siento vacío?, ¿por qué me siento como la mayor escoria del mundo?, bueno, no me lo debo preguntar, es obvio que se el por qué soy así. Lo peor de todo es que me desconozco, no sé quién soy.

Nunca me habría imaginado adoptar estos comportamientos berrinchudos y caprichosos del estereotipo de niño rico, pero ahora yo soy así, y todo por mi culpa, mi maldita culpa...

Lea no les ha dado quejas a mis padres de mi comportamiento y aun no sé porque, ella sabe que soy un asco y mi comportamiento es mucho peor. Debe amarme demasiado como para no hacerlo, pero, ¿yo la amo así de fuerte?, ¿Qué tal si nunca la ame de la misma forma?

Solo le estoy haciendo daño y vivimos en una mentira, pero cada vez que pienso en esto, siempre sueño y recuerdo todo lo que vivimos juntos desde que nos conocimos. Es injusto para ella vivir de esta forma conmigo.

Sé que voy a mejorar, sé que saldré adelante y empezar una nueva vida, una como la que tenía antes; mi actitud cambiará y volveré a ser yo.

No siento mi cuerpo, no siento mi alma, solo estoy sentado mirando a través de la ventana, mirando ese pequeño lugar escondido entre el bosque. No siento ni siquiera mis labios o mi garganta para hablar, la oscuridad se apodera completamente de mi cuerpo. Creo que morir en este momento no estaría tan mal, Lea se libraría de mí.

Escucho unos pasos delicados, era Adal, lo miré de reojo y tenía una mirada compasiva, como si lograra entender lo que me sucedía. Este muchacho tiene tantas expresiones, tantas miradas y me hace recordar cuando me hizo comer.

Su mirada era seria, pero amenazante, tenía poder esa expresión. Cuando lo conocí era totalmente diferente; una mirada llena de vida, de alegría como si nada malo hubiera sucedido en su vida.

Cuando Lea lo estaba regañando y después de eso; era un rostro lleno de tristeza y sin ningún remordimiento por lo que hizo, pero lo más raro, fue lo que sentí cuando lo vi de esa forma, no sé cómo describir ese sentimiento o sensación, solo puedo decir que se sentía extraño.

-Buenos días, señor Connor - hablo el con esa delicada voz, tendió mi mano y por un segundo sentí algo extraño hormigueando en ella.

No le respondí, pero sentí su mirada encima de la mía, no tenía fuerza ni para tomar la pastilla, ni el cerebro para sentirla, la tomó inmediatamente y vio que no pude tenerla. Con sus dedos, que sentía en mi barbilla, suaves y delicado, abrió mi boca lentamente y me obligó a tragar.

Después de pasarla forzosamente, deje que mi boca hablara por mí y comenzara a preguntar.

-¿Nunca te has sentido estúpido, inútil o que no eres tú?- pregunte sin poder verlo a los ojos.

-¿Disculpe?- preguntó un poco confundido.

-¿Que si en algún momento te has sentido inútil, estúpido o que no eres tú?- repetí más calmado.

El no hizo un solo ruido, solo me miraba sin saber que responder. Gire mi rostro y nuestras miradas se encontraron, esa extraña sensación se volvió alojar en mi pecho, pero, no fue la misma de esa vez, esta es distinta; es como si me salvará, como si fuera mi lugar seguro. Extendí mi mano y golpeé el lugar de mi cama que estaba al lado mío, el sin reprochar o preguntar, se sentó enseguida, miro al mismo punto donde yo veía y suspiro.

-señor Braun...- susurró-. Siéndole sincero, si me he sentido como usted lo describe, pero no ahora - aclaró-. Cuando era un niño me sentía así todo el tiempo, la verdad es que soy estúpido- al decir eso lo mire enseguida-. Nunca he sido inteligente, en la escuela nunca pase con más de 6 y eso porque solo fue una. No tenía amigos, nadie quería estar conmigo porque no era inteligente- río por lo bajo para después verme con esa sonrisa genuina-. Pero no es como que me importe o me afecte, igual nunca nadie se me quiso acercar, de hecho, hasta los mismos maestros querían que yo me retirara del colegio, pero aun así siempre fueron los mejores- suspiró con alegría-. Y de hecho muchas veces escribían cosas y a veces insultos, pero nunca entendí el por qué si yo no les hice nada, y hasta me pegaban... pero supongo que era su forma de quererme ¿no?

Reconstruyendo nuestra historia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora