Mis primeros recuerdos son mis hermanos, ellos siempre estaban conmigo en todo momento, donde quiera que vaya una de sus caras me acompañaba y los cinco tenían mi misma cara.
Mismos ojos, misma nariz, mismos cachetes, éramos los seis la misma persona, yo era ellos y ellos eran yo. Al principio no existía algo como la individualidad, nuestros padres nos regañaban a los seis, los seis comíamos lo mismo, los seis jugábamos lo mismo y se que suena como algo aburrido y monótono pero cuando era un niño eso me transmitía un sentimiento de seguridad reconfortante. No podía imaginarme estar sin ellos, nunca se me paso por la cabeza tener que separarme de ese colectivismo que me tenía tan seguro.Pero sentí que algo se rompió una noche en la que solo tenía ocho años, fue después de cenar y mis hermanos corrían hacia el baño para lavarse los dientes antes de dormir. Yo estaba por seguirlos pero sentí la voz de mamá llamándome.
Estaba sentado en el suelo, apretando mis manos contra mis rodillas y esperando nervioso lo que tenían que decirme. Mis padres estaban al otro extremo de la mesa, analizandome y buscando las palabras correctas para iniciar la conversación.
Recuerdo no querer estar ahí, sentía un extraño impulso de correr y evitar cualquier conversación pero sabía que era imposible escapar de los regaños de mamá. Aunque no estaba enojada, estaba preocupada y sus ojos observaban los míos, quizás buscando una solución al problema que yo aún no comprendía.—Ichimatsu ¿Te gusta pasar tiempo con tus hermanos?— Dijo papá de repente, sorprendiendo a mamá que aun buscaba sus palabras para la conversación.
—Si, estoy todo el tiempo con ellos— Aun no entendía el porqué me llamaron solo a mi, no hice nada malo, o eso creía.
—¿Comprendes que no podrás estar todo el tiempo con ellos?—Fueron las palabras de mamá que me extrañaron, segundos después me hicieron sentir una sensación de vacío abrumadora.
¿A que se refería con que no podría pasar todo el tiempo con ellos?
Estaba a punto de preguntar el porqué pero papá habló, quizás buscando tranquilizarme.—Aun falta mucho para eso, pero necesitamos que comprendas que habrá un pequeño distanciamiento entre ustedes— Mire a mamá buscando respuestas más claras pero ella ya no me estaba mirando, miraba la mesa con gesto apenado, como si ella estuviera siendo regañada por romper un jarrón costoso.
Nunca vi a mamá así, me hizo querer llorar.—Pero yo no quiero distanciarme de ellos, no hice nada malo— Levante la voz para que mamá me mirara por un momento— Si es por la ventana rota del vecino se quien lo hizo! Jyushimatsu y Todomatsu estaban jugando con piedras y entonces— Pero fui interrumpido.
—Perdóname Ichimatsu— Mamá se cubría el rostro, no podía ver si estaba llorando pero se quito sus lentes redondos y los puso en la mesa.
Papá puso su mano en su espalda, intentando tranquilizarla, diciéndole que no era su culpa.
No entendía nada.
Todo era tan confuso.
Quería irme a dormir pero sabía que no podría hasta que tenga bien en claro lo que estaba pasando ¿que era toda esta situación? Y ¿por que me tenía que pasar a mi?—¿Entiendes que eres diferente a tus hermanos?—Dijo papá, mamá levanto la mirada hacia el, parecía que se estaba recomponiendo y su mente se estaba aclarando porque ella continuo.
—Hemos criado a los seis por igual, porque era el camino más sencillo ante el cuidado de cinco niños y una niña— ¿Que acababa de decir mamá? ¿Una niña? No entendía bien.—Quizás tuve que hacer el esfuerzo y criarte como mi hija, pero ya te habías apegado tanto a ellos que no podía atreverme a separate tan drasticamente, creí que era una cuestión de tiempo pero ese tiempo ya llegó y...— Creí tener una más clara idea de lo que estaba sucediendo.
Mamá decía que yo era su hija, papá hablaba de mis diferencias con mis hermanos y yo poco a poco me daba cuenta que la única cosa que me diferenciaba de mis hermanos era la razón de esta escena.
Decidí hablar con la idea de que las cosas ya estaban claras.
—No puedo hacer pipí parado, ya lo intente pero hice un desastre— mis padres me miraban perplejos, trague saliva y continúe —No me creció igual que a mis hermanos, creo que debería ir al doctor...¡Pero no me conviertan en niña por orinar sentado! No quiero ser separado de mis hermanos solo por eso...—
Se quedaron callados, Mirándome directamente a los ojos, nunca espere que mamá me contestara con unas risas, no sólo eso, lágrimas salían de sus ojos mientras reía. Papá estaba tan sorprendido como yo ante su reacción.
—Esta bien Ichimatsu, no te vamos a convertir en una niña— Mamá se secaba las lágrimas mientras sonreía, era una sonrisa dulce.
—Cariño, segura que estará bien?— Dijo papá nervioso ante la reacción de mamá.
—Si, yo creo que Ichimatsu estará bien, es un buen niño.—Sentí un alivio inexplicable al oír esas palabras, no entendía por qué pero no pude evitar sonreír. —Vuelve al dormitorio Ichimatsu, debes estar cansado.–
Asentí y sali corriendo donde se encontraban mis hermanos, ya estaban con sus pijamas puestos y preparaban el futon.
—Ichimatsu llegó último! Es un huevo podrido!— Grito Todomatsu en tono burlón.
—¿¡Que!? ¡Yo no sabía que estaban jugando! No soy un huevo podrido!— le grite al entrar al dormitorio.
Todomatsu se acercó a mi con una sonrisa burlona.
—A ver, sopla— dijo estando frente a frente. Sople su cara como me lo pidió e inmediatamente hizo una expresión de asco.— ¡Tu aliento apesta! ¡Si que eres un huevo podrido!— Grito mientras tapaba su nariz con sus dedos.
—Tonto, olvidé cepillar mis dientes— La extraña charla con mis padres me hizo olvidarme de limpiar mis dientes, así que me dirigí directamente al lavabo, dejando a mis hermanos en la habitación.
Mientras cepillaba mis dientes no podía evitar pensar la extraña reacción de mis padres, me preocupaba un poco. No paraba de pensar que era bastante probable que tenía que ser llevado a un doctor, eso me aterraba ya que detesto los consultorios y las agujas, odiaría que me inyectaran.
Termine de cepillarme los dientes y escupi la pasta dental, me mire al espejo unos segundos.
Yo no veía una niña, yo veía un niño.
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Cáscara De Nuez En El Mar
FanfictionTener sextillizos no es fácil, criarlos es un desafío enorme y mucho más cuando uno de ellos nace con un sexo opuesto a los otros cinco niños.