Capítulo 19

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THIAGO

Kam no apareció por el aula de castigos después de clase y no fui el único de la habitación en darse cuenta de su ausencia. Allí sentados había tres chicos que no dejaron de mirar hacia la puerta como mínimo cada cinco minutos esperando verla aparecer, y yo... Yo hice exactamente lo mismo y no tengo ni idea de por qué.

Mi hermano, que ni siquiera me dirigía la palabra, no se había molestado ni en sacar un libro para hacer ver que estudiaba. Allí estaba, escribiendo mensajes en el móvil y con los cascos puestos sin hacer nada productivo. Podría habérselo quitado, pero la cuerda estaba ya bastante tensa como para añadir más leña al fuego. También estaba en la clase Daniel, el exnovio de Kam, que cada día tenía peor pinta... Aunque a mí eso no podía importarme menos, no podía evitar preguntarme por qué esperaba a Kam con un interés que hacía que no se concentrase en nada más que no fuera mirar hacia la puerta. Y luego estaba Julian..., que leía inclinado en su silla un libro sin título ni cubierta...

«Qué tío más raro, joder.»

Miré hacia la pantalla de mi ordenador y, justo cuando iba a pulsar el play para seguir viendo el capítulo de Black List, la vi entrar con el rabillo del ojo.

Respiraba agitada como si hubiese venido corriendo desde su casa. El pelo estaba recogido en lo alto de su cabeza en un moño que parecía el de alguien que acababa de salir de la ducha y tenía las mejillas rojas por el ejercicio.

—Lo siento —dijo mirándome.

Miré hacia el ordenador ignorándola deliberadamente.

—Conmigo no te disculpes... Habla con el director. —Cuando fui a darle al play, apareció delante de mi mesa.

—Mi madre me ha llamado. He tenido que recoger a mi hermano y llevarlo a casa, por eso he llegado tarde.

—¿Por qué crees que me importa? —dije mirándola e intentando mostrar indiferencia.

¿Indiferencia? Todavía ardía de rabia al haberme enterado de que se había enrollado con mi hermano. Todavía tenía que controlar las ganas de pegarla contra la pared, la mesa, lo que fuera con tal de no partirle la cara a él...

—No me hagas tener que hablar con el director, por favor —dijo bajando el tono y suplicándome con la mirada—. Me expulsarán... Mi futuro está en riesgo, Thiago...

Apoyé los antebrazos en el escritorio y me incliné hacia ella para mirarla de cerca.

Justo en ese instante sonó la campana que anunciaba el fin del castigo.

Nadie se movió y eso me molestó tanto como que Kam estuviese tan cerca de mí.

Miré hacia atrás.

—Fuera de aquí —ladré mirándolos a los tres—. El castigo ha terminado, ¿o queréis que os lo alargue a vosotros también?

Kam me miró con ojos martirizados y yo esperé a que nos quedáramos a solas para poder hablar con ella directamente. Mi hermano se detuvo un segundo en la puerta antes de marcharse y me lanzó una mirada intimidatoria.

¿En qué momento Taylor y yo habíamos empezado a ser enemigos?

—Thiago...

—Aléjate de mi hermano —solté así, de sopetón, sin ni siquiera pensar en lo que decía o lo que implicaban mis palabras.

Kam pestañeó sorprendida.

—¿Qué?

—Aléjate de Taylor si no quieres que tu vida aquí sea un maldito infierno.

—¿Me estás amenazando? —preguntó con incredulidad.

Me puse de pie. No me gustaba tener que mirarla desde abajo.

DÍMELO BAJITODonde viven las historias. Descúbrelo ahora