Capítulo 22

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KAMI

El día pasó rápido y, después de comer, nos reunimos todos frente al autobús amarillo que nos llevaría hasta Falls Church. Todas mis amigas iban a hacer ese viaje ya que todas éramos animadoras y casi todos los chicos eran de nuestro mismo grupo, por lo que el viaje se suponía que debía ser de lo más divertido.

Pero yo estaba muy nerviosa porque aún no había visto a Thiago y no tenía ni la menor idea de qué pasaría cuando mis ojos volviesen a encontrarse con los suyos. Además, mi mente jugaba conmigo recordando lo que había ocurrido la noche anterior y rememorando el recuerdo en mi cerebro una y otra vez. Me ponía nerviosa tener que volver a verlo, joder...

Mientras todos charlábamos animados esperando a que llegase el entrenador para pasar lista y poder subir, me fijé en que Julian se encontraba apartado del resto de sus compañeros de equipo. Apoyado contra una columna, miraba distraído al grupo. Me fijé en que sus ojos se desviaban del resto hasta llegar a mí y decidí acercarme.

—Eh—dije con una sonrisa que no me devolvió—. ¿Qué tal?

Esperó unos instantes antes de contestar...

—Aburrido de esperar a que me llames para tomarnos ese café —me dijo con voz trémula, mirándome muy serio.

¿Estaba enfadado conmigo?

—Ostras, lo siento...

Una sonrisa apareció en su cara.

—Era broma, Kami —dijo relajando las facciones de su cara—. Sé que estás ocupada... No te preocupes.

—No, de verdad —dije automáticamente—. Si quieres, esta noche me paso por tu habitación y vemos una peli o algo... Estoy segura de que todos se van a pillar un pedo de cuidado y no hay nada que me apetezca menos...

—¿De verdad? —me dijo ilusionado.

—¡De verdad! —respondí con una gran sonrisa—. No dejan que las chicas vayan a las habitaciones de los chicos, pero seguro que me las puedo ingeniar para colarme sin que me vean.

—¡Estupendo! —dijo divertido—. Podemos ver una peli de miedo si quieres.

—¡Claro! ¡Me encantan!

Me hizo ilusión ver que su mirada era ahora de felicidad. Joder... A veces uno no se da cuenta del efecto que produce en los demás... y Julian..., Julian parecía que podía llegar a ser un buen amigo.

El entrenador llegó y nos llamó para que hiciéramos una fila frente a la puerta del bus.

Al girarme vi que Thiago estaba allí, lista en mano para poder tachar los nombres y asegurarse de que estábamos todos.

Sentí un retortijón en el estómago.

«Joder...»

Me coloqué detrás de mis amigas y fui viendo cómo iban subiendo las escaleras para sentarse en el autobús de uno en uno. No olvidaba que Taylor me había pedido si podíamos hablar y que, si lo hacíamos, lo más seguro es que Thiago lo viera... No es que me tomara a broma su amenaza, pero no podía permitir que Thiago se inmiscuyera en lo que a él no le importaba. Me odiaba por lo que había ocurrido. Muy bien, lo aceptaba, por mucho que me doliera, pero lo que su hermano sintiera por mí era otra cosa. Él ahí no podía meterse y eso mismo le diría la próxima vez que se le pasase por la cabeza amenazarme o decirme lo que podía o no podía hacer.

Además..., después de lo que había ocurrido entre los dos, una parte de mí me decía que la razón por la que Thiago era tan reacio a dejar que su hermano se relacionara conmigo era principalmente por celos. Y eso... Eso era algo totalmente diferente a lo que estaba acostumbrada.

DÍMELO BAJITODonde viven las historias. Descúbrelo ahora