La ciudad Z aun dormía. Las personas descansaban para llegar con energía a sus trabajos respectivos. No fue el caso de un apartamento abandonado a excepción de algunos inquilinos donde uno de estos se despertó antes que nadie. Vio la tarjeta profesional decorativa en su mano y lo meditó.
«Hmm... No estaría mal celebrar este fin de mes con una cena... Fagaki podría pagarla. Sí, sí, pero no lo hará porque sí, de seguro me pide algo. Aaaagh, ¿por qué no puede sólo invitarnos a comer a Genos y a mí? No tengo nada para ofre- Oh».
De un momento a otro, su nueva escuela de artes marciales servía de solución a sus problemas. Podía invitar a Fubuki a que se uniese, de paso sumar a alguno de los miembros de su mafia, en el proceso sumaría un alumno más y se ganaba una buena cena. Incluso podría conseguir cenas frecuentes, mejor aun.
Genos invadió la sala con su sistema recién encendido y su corriente operación matutina.
—Activar protocolo de lim- ¡¿Maestro?! ¡¿Se encuentra bien?! Usted no abre los ojos hasta las 11:33 con dieciséis minutos de incertidumbre con varianza de 15% en días calurosos. ¡Explique este cambio repentino de 81% de distorsión en su rutina habitual! —informó como una máquina que escupía datos.
—¡Quieto ahí, Genos! Pareces anuncio de teletienda, no te aloques... Tan solo estaba pensativo... y desperté antes —explicó Saitama, recostado en el sofá de la sala.
—¿Pensativo? ¿Por qué? Si puedo saber. ¿Algún alumno ha desobedecido sus lecciones? ¡Qué osado! —comenzó a sacar conclusiones rápidas.
—¡No! No, no. Estaba pensando que... ¿tienes hambre? —preguntó con su atención dividida entre la tarjeta y su aliado rubio.
—Sabe que mi percepción de requisición calórica es variable a la energía sobrante de mis operaciones, maestro. Pero podría decirse que sí, tengo una falta importante de recursos deliberativos —contestó sin entender.
—Entonces está dicho.
× × ×
Frente a un gran y majestuoso edifico rentado de más de cinco pisos y una elegante entrada para que los vehículos empresariales ingresen a la protección del subsuelo detuvo su caminata un héroe de capa blanca y cabeza calva. Saitama visitó al grupo Blizzard donde la tarjeta indicaba que residían. «Hoy se come», pensó.
Le pidió a Genos que usara su telefonía integrada para llamar al número escrito. Así lo hizo y aparentemente le dieron luz verde para encontarse a una hora dictada. Allí estaba Saitama pues, esperando que alguien saliera a recibirlo. Luego se dio cuenta de que llegó cinco minutos tarde de la hora acordada y que quien lo estaba esperando había ido por un refresco a la tienda de la esquina.
Una pequeña joven llegó corriendo de la otra calle con una gaseosa en la mano.
—¡Oooh! Calvo con capa. Soy Lilly, ¿recuerdas? Miss Blizzard me encomendó recibirte. Anda, vamos por aquí —dijo nerviosa la ejecutiva adolescente de cabello blanco y negro por partes.
—¿Hm? Seguro —aceptó ingresando al edificio tras recibir la bienvenida de Lilly.
—¡He-Hey! Tengo que guiarte yo, espera —llamó ella.
Luego de ver que el "Grupo Saitama" se conformaba de tres héroes clase S, no pudo evitar sentirse intimidada cada vez que visitaban el apartamento del calvo o este se encontraba con ellos por la calle. No esperaba menos de los contactos que rastreaba su jefa para reclutar, por supuesto que alguien que llamó tanto su interés debía ser importante. Pero a tal punto que los únicos clase S que han conocido personalmente fuesen los que Saitama presentó...
ESTÁS LEYENDO
Two Punch Man [OPM Fan Fiction]
FanfictionSaitama seguía esperando que su rival milagroso apareciera, para darle algo de emoción a su vida. Pero si Mahoma no va a la montaña, la montaña va a Mahoma. El héroe Caped Baldy tendrá que crear a su propio rival si quiere tener uno. En ese momento...