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Parecé tan tranquilo tan llenó de paz...Es cómo si estuviera durmiendo, sumido en un profundo sueño.

Pero su casi inexistente respiración, y su temperatura glacial me recuerdan que no esta hechando una siesta de medía tarde.

Me gustaria rezar, rezar para que se pusiera bien...pero se que no serviria de nada.

Dios existe pero no es un ser todopoderoso capaz de curar cualquier mal y realizar milagros con un simple movimiento de su mano. Es solo un jovencito que esta preocupado por su amigo, que ha intentado ayudarle y ha hecho todo lo posible para curarlo, pero que, apesar de todo, no la conseguido.

Lo último que quiero es hacer es que Dende se sienta culpable por mis suplicas, asustarlo por mi desesperación.

Me acurruque cerca de mi marido, y le acaricié aquel suave pelo azabache que tanto me gusta (pensandolo bien, adoro todo de el), pero que ahora estaba completamente enmarañado y sucio.

Le bese la mejilla, y deje que el tiempo pasara mientras yo lo observaba con cariño, recordando todos y cada uno de los momentos que pasamos juntos, buenos y aquellos que no son tan buenos, desde que nos conocimos, pasando por nuestro primer beso y cuando se me declaro (se me escapo una risita tonta al recordarlo) y terminando por nuestra boda.

Quiero tener muchos recuerdos más junto a él, quiero enseñarle a nustros nietecitos un gigantesco álbum repleto de fotos que cuenten historias, historias de nuestra familia.

Pasó el tiempo lentamente y Gohan no dio ningun indicio de mejorar.

Al caer la tardé, nuestros amigos comenzaron a irse, uno a uno, hasta que quedamos yo y la pequeñaa familia Son en el hospital. Bueno nosotros y Piccolo.

Cuando todos nuestros amigos se marcharon nuestro amigo verde entró a la habitación y se apoyó en la esquinita que ahí juntó a la ventana,al lado izquierdo de la cama donde se encuentra mi esposo.

Desde entonces no se a movido ni un segundo de ahí. Creó que tampoco le ha quitado el ojo de encima a su antiguo alumno. Es curioso,pero su silenciosa precensia me relaja de alguna forma...Siento que mientras el siga vigilandolo, mi amado estara a salvó.

Debió de percatarse de que lo estaba observando, por que desvío ligeramente la mirada hacía mi. Me sonrió suavemente, muy suavemente, luego, volvio a centrarse en mi marido.

Es una persona extraña...Ahora que lo pienso desdé que conocí a Gohan mi vida ha sido bastante extraña...

Me gusta que sea así.

Arreglé los elegantes claveles, de un purisimo color blanco, que había sobre la mesita. Ha sido todo un detalle por parte de Bulma traer unas flores tan bonitas....Le dan cierta alegría a la habitación.

Mientras batallaba con las flores para que quedarán rectas, me percate, a traves de la puerta entre abierta de que un medico hablaba con Goku y Milk. Estaban demaciado lejos para oir la conversación, pero el rostro del medico era grave. Cuándo terminaron de hablar Milk se desmoronó entre los brazos de su marido y lloró, lloró cómo si no hubiera un mañana. A su lado Goten se desplomó sobre la silla más cercana y hundió su rostro entré su manos. Sus hombros se colmusionaron de forma violenta al hacerlo.

Pero lo más escalofriante de la situación, era ver llorar a Goku.

Sentí como se me paraba el corazón...

Desvie la mirada hacia Piccolo,en una pregunta silenciosa.

Un escalofrio me recorrió por el cuerpo al ver como una lagrima se asomaba por la esquina de su ojo derecho.

Yo no había oído la conversación, pero por lo visto él si que la había escuchado, y no eran buenas noticias.

Entonces fue cuándo me di cuenta que había empezado a temblar...

Piccolo me agarro del brazo y me arrastró hasta salir de la habitación, dónde el médico se acercó a mi. Él hombre iba a explicarme lo que pasaba cuando Goku le llamó la atención, pidiondole que no lo hiciera con un moviento de cabeza.

Él y su esposa preferían contarme personalmente la situación.

Milk se sentó junto a su hijo menor y lo abrazo con cariño. Goten no musito palabra alguna, ni hizo algún esfuerzo por devolver el abrazó. Simplemente dejó que la mujer envolviera sus brazos en él.

Goku me tiró de la mano para que yo también tomará asiento y yo, obedientemente, cumplí lo que me pedia. Se posicionó delante mi se agachó en cuchillas y agarró mis manos con las suyas.

Hasta que la muerte nos separeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora