Cap. 9 - Me las vas a pagar muy caro

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Momo se acercó a Mina y tomó asiento su lado.

¿Verdad, Minari? —Simuló preguntarle, sin borrar la sonrisa de sus labios.

En realidad, con su disimulado tono de voz buscó obligarla a responder lo que realmente quería oír, aprovechándose del estado vulnerable y del miedo que la más chica de edad le tiene.

Mina continuó en silencio por otros segundos más, permaneciendo cabizbaja, aturdida, hasta que respondió:
S-si —en tono casi inaudible y agudo.

Recordando la amistad cercana que la pelinegra tiene con la lunática que la amenazó.

—¡Tienes razón! —habló T/N, dándose cuenta de que era cierto lo que dijo Momo.

Claro que el joven tenía todas las razones suficientes para marcharse del lugar y hacer como si no hubiese visto nada, el singular olor a azúcar que aún perdura en su uniforme contribuyó en ese pensamiento.

Creó que solo quiere llamar la atención.

Mina quebró en llanto, evidenciando que le afectó las palabras del joven, más con ese matiz agresivo y desencanto que al parecer la asustaron. Sin duda para ella, estaba siendo el peor día de lo que lleva en su casi corta vida.

Momo le acarició la cabeza, intensificando con descaro su sonrisa sin mostrar dientes, después se levantó de los escalones. Le fue satisfactorio ver que el extranjero que tal vez por ignorancia, había rematado a la tímida chica, su principal rival en el baile.

Todo bajo la mirada de incertidumbre de T/N, quien le estaba removiendo las emociones por verla así: acurrucada sobre sus piernas, llorando, su cuerpo temblando de forma inquieta, sollozando como si por momentos le costara respirar.

Lo único que se le vino a la mente fue que estaba presenciando un caso de acoso escolar contra una persona incapaz de defenderse, algo que el repudia completamente.

Pero tengo todo el tiempo del mundo.

Todo aquello superó por mucho el coraje contra ella, su sentimiento de empatía pudo más.

T/N tomó la iniciativa de acercarse a Mina, tomarla de su espalda y muslos para levantarla entre sus brazos.

La joven arraigada lejos de asustarse y tratar de impedírselo, simplemente se sujetó del cuello y acomodó su cabeza en el pecho. A la orgullosa chica le dolió aceptar que quería, no, que realmente necesitaba ese gesto de apoyo.

'Qué chica tan ligera', pensó en español.

Mina detectó de inmediato el aroma de la bebida azucarada con té verde proviniendo del saco de su compañero, el mismo que ella misma le dejó caer horas atrás. Ahora que su victimario la estaba ayudando, no hizo más que compungirse aún más por sus propias tonterías.

Con ella entre sus brazos, T/N giró hacia Momo, quien ahora estaba con los brazos cruzados y una expresión de malestar.

—Oh... Casi lo olvido. Dile a Sakura que la veré en la noche, en su casa.

Por supuesto que Momo no le respondió, sólo los miró con desprecio y se fue.

En silencio, T/N comenzó a caminar con lentitud, recorriendo un par de pasillos en dirección al estacionamiento. Obviamente llamó la atención de otros estudiantes, por fortuna no se toparon con ningún profesor.

Mina mantuvo los ojos cerrados, no quería ver a nadie, ni que su compañero la viese llorando más. Incluso, a pesar de ser la primera vez que estaba teniendo una conexión tan íntima con alguien del sexo opuesto, por alguna razón se estaba sintiendo cómoda y reconfortada.

El Diario (Mina y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora