Cap. 12 - Eso no me lo esperaba

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Tan pronto como me detuve detrás de un auto pequeño por el semáforo en rojo, comencé a explicarle con calma:
Bien... Sé que en el fondo te sientes atraída por mí... Pero lo siento, una demonio sensual y ruda como tú, no es de mi tipo.

Esperaba que lo entendiera y se lo tomase de la mejor manera, pero no fue así. Me golpeó muy fuerte en el brazo, exclamando con enfado:
¡¿Qué demonios estas diciendo?! Claro que no me gustas, infeliz.

Volvió a golpearme en la misma zona. Dolió más fuerte.

A mí me gustan las mujeres.

Después de decir lo último, se tapó rápido la boca con ambas manos, abriendo ambos ojos por completo.

Automáticamente mi corazonada se fue para los suelos, junto con parte de mi orgullo de conquistador. Quedé en ridículo, como un egocéntrico, pero al menos no fue enfrente de las otras chicas.

Entonces, ¿Por qué todos esos gestos de coqueteo? Aquí, en la escuela, en la cafetería.

No me respondió. El tráfico volvió a avanzar.

O... Acaso, ¿Sientes algo por alguna de tus amigas? —Dejé escapar la preguntar, con una sonrisa insinuante.

Me volvió a golpear.

¡Imbécil, ¿Creés que esto es gracioso?!

Bajó su mirada, notándose lo incómoda, molesta y avergonzada que se estaba. Con eso respondió a mi pregunta.

Disculpa, no era mi intención ofenderte, solo quise bromear.

Con razón Mina no te soporta... —musitó girando los ojos hacia arriba—. Pensé que tu mentalidad era distinta porque tú vienes del otro lado del mundo... Por eso quería preguntarte de algo tan importante. Pero tú sólo te la pasas haciendo chistes tontos de todo.

Pasaron un par de minutos, hasta que yo rompí el silencio:

Si, me burló de todo, me gusta el sarcasmo. Pero eso no significa que no comprenda la situación, es solo parte de mí cultura latina. Ya en serio, pregunta lo que quieras, puedes confiar en mí, Chewy.

La animé llamándola como la dicen las demás chicas, pero ella aun siguió conservando su misma postura.

O si no quieres...

Bien, ¿Q-qué opinas sobre éste tipo de relaciones? —Decidió por fin arriesgarse, espetando con rapidez—. Entre dos personas del mismo género.

Sin indagar demasiado, respondí:
Me parece algo completamente normal. O bueno... Al menos en mi ciudad se le considera más o menos así. —Al verla aún incómoda—. Tzuyu, yo te quiero preguntar... ¿Por qué me lo preguntas, justo a mí? Claramente no confías en mí.

N-no no... —Contestó abruptamente—. Si confío en ti... Y me agradas mucho, sólo es que... Quise darte una cuchara de tu propia medicina.

De expresiones serias, pasó a reírse de forma traviesa, haciéndome fruncir las cejas.

Ah... Okey...

Si quería que yo también me sintiera incómodo, pues casi lo logró. Ya no tuve más ideas de como continuar con la platica.

Solo quiero una opinión desde otro punto de vista, supuse que ustedes viven más abiertos.

¿Y quién te gusta? Si se puede saber —pregunté por curiosidad, pero luego me retracté—. Oh... Mejor no me respondas.

No se demoró en nombrar sin tapujos y escapandosele una gran sonrisa:
—Sana...

El Diario (Mina y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora